domingo, 30 de noviembre de 2014

EL IIIer. CONDE D'ARNOUVILLE




ARNOUVILLE_IIIer. Conde de / 3ème. Comte d'_Charles Henri Louis de Machault d'Arnouville, Caballero de Machault, IIIer. Conde d'Arnouville, Señor de Thoiry, d'Arnouville, de Garges y de Gonnesse, Par de Francia (Hôtel de Machault, Paris, 22-02-1747 / Castillo de Thoiry, Depto. Yvelines, 1830). Fue el cuarto hijo varón de Jean-Baptiste de Machault, 1er Conde d'Arnouville y Señor de Garges y de Gonnesse, Secretario de Estado y ministro, y de Geneviève Louise Rouillé du Coudray (1717-1794), y el único que contrajo matrimonio. Como su hermano mayor Armand, abrazó la carrera militar.

Le precedían en la cuna los siguientes hermanos:

-Louis Charles de Machault d'Arnouville, Obispo de Amiens (1737-1820), Diputado del Clero en 1789

-Armand Hilaire de Machault d'Arnouville (1739-1827), IIº Conde d'Arnouville y luego Conde de Machault, Coronel y Mariscal-de-Campo.

-Alexandre Jean-Baptiste de Machault d'Arnouville (1741) -muerto en la cuna-.

-Charles Henri Louis de Machault d'Arnouville (1747-1830), Caballero de Machault y luego 3er. Conde d'Arnouville y Señor de Thoiry.

Su padre fue uno de los eminentes ministros del rey Luis XV y desempeñó las funciones de Controlador General de las Finanzas sucediendo a Philibert Orry; Secretario de Estado en la Marina entre 1754 y 1757, sucediendo al Conde de Jouy, y Ministro de Justicia (Guardián de los Sellos de Francia) entre 1750 y 1757.

Siguiendo los pasos de su hermano Armand, consiguió ascender al rango de coronel del Regimiento de Languedoc-Dragons gracias a la promoción del primero a mariscal-de-campo en 1780.




Contra la tradición de la época, Charles, entonces conocido bajo el título de "Caballero de Machault", casó por amor con Angélique de Baussan (1752-1813), heredera del Castillo de Thoiry, en 1773. Tuvieron tres hijas y dos hijos:

-Jean-Baptiste Eugène de Machault d'Arnouville, 4º Conde d'Arnouville (1785-1867); c.c. (1807) Marie Marguerite Henriette Ernestine Vasselot d'Annemarie => 1 hija:

Henriette de Machault d'Arnouville (1808-1864); c.c. (1826) Melchior Léonce, Marqués de Vogüé (1805-1877) => 5 hijos con descendencia en la Casa de Vogüé / Casas de Bryas y de La Panouse.

-Angélique Jeanne-Marie de Machault d'Arnouville (1774-1822), c.c. (1788) Louis Jean-Baptiste François de Machault de La Forest (1757-1807). => con descendencia.

-Geneviève Françoise Aglaé de Machault d'Arnouville (1776- ? ); c.c. (1803) Marie Gaspard Victor de Choiseul, Conde de Choiseul-Aillecourt (1779- ? ).

-Angélique Adélaïde Madeleine Marie-Caroline de Machault d'Arnouville (1778- ? ); c.c. (1806) François Marie Joseph Raoul Le Roy, Conde de Valanglart (1771-1848)

-Armand Sophie Gabriel de Machault d'Arnouville (1789).

El mismo año de 1773, y antes de casarse, su hermano Armand le cedió el título de Conde d'Arnouville tomando el de "Conde de Machault", al permanecer soltero.

Participó en la Guerra de Independencia Norteamericana, lo que le valió la condecoración de la Orden Real y Militar de San Luis de manos del rey Luis XVI.

Bajo la Revolución Francesa (Régimen del Terror), fue arrestado junto a su padres y hermano por las autoridades revolucionarias y encarcelado con ellos en la cárcel de las Madelonettes entre mayo y setiembre de 1794, luego transferido con Armand a la Casa Montprin. En noviembre serían definitivamente liberados, escapando por los pelos de la guillotina. Su padre había muerto unos meses después de entrar en prisión.

Retirado con su mujer en su castillo de Thoiry, perdió a ésta en 1813.

En 1814-1815, con la Restauración de los Borbones, el Conde d'Arnouville es nombrado Par de Francia por Luis XVIII, y entra a formar parte de la Cámara de los Pares recién inaugurada.

Fallecería quince años más tarde (1830), a la venerable edad de 83 años, el mismo año en que caía el rey Carlos X con la Revolución de las Tres Gloriosas, y se instauraba la monarquía liberal de Luis-Felipe I.

Su nieta, Henriette de Machault d'Arnouville (1808-1864), sería a la postre la heredera universal y casaría, en 1826, con el Marqués Léonce de Vogüé, que ordenó la modernización del castillo de Thoiry en 1840.





EL OBISPO DE AMIENS



AMIENS_Obispo de / Évêque de_Monseñor Louis Charles de Machault d'Arnouville, Obispo de Amiens (Hôtel de Machault, París, 29-12-1737 / Castillo de Arnouville, Dpto. Yvelines, 13-07-1820). Fue un prelado francés, primogénito del Secretario de Estado Jean-Baptiste Machault d'Arnouville, Controlador General de las Finanzas y Ministro de Justicia, y de Geneviève Rouillé du Coudray.

Siendo estudiante de derecho, elegirá interrumpirlos para abrazar la carrera eclesiástica en 1757, recibiendo las órdenes menores en 1758. Convertido en diácono en mayo de 1760, es finalmente ordenado sacerdote el 5 de junio de 1762.

Nombrado el 30 de noviembre de 1762 vicario-general de la diócesis de Amiens, se convierte en coadjutor del obispo Gabriel d'Orléans de La Mothe en 1771. El 17 de junio de 1774, sucede a éste como nuevo obispo de Amiens, precediéndole su fama de hombre caritativo en la corte.

Elegido diputado del Clero en los Estados Generales de 1789, destacará por su posición ultraconservadora, oponiéndose sistemáticamente a todas las reformas propuestas. Contrario a la Constitución Civil del Clero, rechaza prestar juramento y opta por exiliarse en 1791 en los Países-Bajos austríacos (Bélgica) y, posteriormente, en Westfalia (Alemania). Tres años escasos después de su partida, su familia que ha optado por permanecer en Francia, es encarcelada y sus bienes secuestrados.

Pasada la tormenta revolucionaria y a punto de nacer el 1er Imperio de manos de Napoleón Bonaparte, decide regresar a su patria en 1802 tras ser borrado de la Lista de los Emigrados. El mismo año, ya en París, dimite oficialmente de sus funciones episcopales en virtud del Concordato de 1801. Se retira, junto con su hermano Armand, en el castillo familiar de Arnouville, contentándose en ser un mero espectador del auge y caída del Imperio y de la restauración de los Borbones en el trono.

En julio de 1815, él y su hermano tendrán el honor de acoger bajo su techo al rey Luis XVIII y a su séquito por unos días. Fallecería a los 83 años (1820).


 

LA IVª MARQUESA DE NESLE




NESLE_IVª Marquesa de / 4ème. Marquise de_Armande Félicité de La Porte-Mazarin, IVª Marquesa de Nesle y de Mailly, Princesa de Orange y d'Isle-sous-Montréal, Condesa de Bohain, de Beaurevoir y de Bernon, Dama de Maurup (Hôtel de Mazarin, Paris, 03-09-1691 / Palacio de Versailles, 14-10-1729). Hija de Paul-Jules de La Porte-Mazarin, Duque de Rethel, de Mayenne, de La Meilleraye y de Mazarin (1666-1731) y de Charlotte Félicité Armande de Durfort-Duras (ob.1730), es la sobrina-biznieta del célebre Cardenal-Duque de Mazarin y la nieta de la no menos conocida Hortense Mancini, Duquesa de Mazarin y de La Meilleraye.

Casó el 2 de abril de 1709 con Louis III de Mailly (1689-1767), 4º Marqués de Nesle y de Mailly, Príncipe titular de Orange y d'Isle-sous-Montréal, Conde de Bohain, de Beaurevoir, de Bernon, Caballero de las Ordenes del Rey. La unión produjo cinco hijas y un hijo:

-Louise-Julie de Mailly-Nesle (1710-1751), Condesa de Mailly-Rubempré

-Pauline-Félicité de Mailly-Nesle (1712-1741), Marquesa de Vintimille

-Diane-Adélaïde de Mailly-Nesle (1714-1769), Duquesa de Lauraguais

-Hortense-Félicité de Mailly-Nesle (1715-1799), Marquesa de Flavacourt

-Marie-Anne de Mailly-Nesle (1717-1744), Marquesa de La Tournelle, Duquesa de Châteauroux

-1 hijo varón (ob.1729)

El Cardenal Guillaume Dubois, primer ministro durante la Regencia, dijo de la Marquesa de Nesle: "Esta dama tiene miradas tan llameantes que resulta inevitable quemarse como la mariposa a la luz de un candil. Es perfecta de cuerpo y de espíritu; felices los que llegan a la tierra prometida!"

De moral y costumbres relajadas, como todas las damas de aquella época, no tardó en poner los cuernos a su marido. Se convirtió en la amante del Duque de Borbón, primer ministro de Luis XV, del que nacería una hija bastarda, Henriette de Borbón-Condé (1725-1780). Se llegó incluso a rumorear que su hija Marie-Anne de Mailly-Nesle, futura Marquesa de La Tournelle y Duquesa de Châteauroux, era fruto de ese idilio.

Sin embargo, la Marquesa de Nesle saltaría a la fama por su relación adúltera con el Duque de Richelieu quien mantenía, paralelamente, otra relación con la Marquesa de Polignac, esposa de su primo-hermano. Loca de rabia, la marquesa no dudó en provocar en duelo a su rival para disfrutar en exclusividad de los favores de Richelieu. Madame de Nesle no toleraba compartir amante. El encuentro tuvo lugar en el bosque de Boulogne en setiembre de 1718 y el arma escogida fue la pistola. Madame de Polignac apuntó mejor e hirió en el hombro a Madame de Nesle. El escándalo disgustó al duque que, poco amigo de la publicidad, abandonó a ambas mujeres por la princesa Charlotte-Aglaé de Orléans, hija del Regente.

Cuando el rey Luis XV contrajo matrimonio con la hija del ex rey de Polonia, la Marquesa de Nesle fue nombrada Dama de Palacio de la flamante reina de Francia, María Leszczynska, el 27 de abril de 1725.

Fallecería de sobreparto en Versailles el 14 de octubre de 1729, con tan solo 38 años de edad, tras haber dado a luz a su sexto retoño y único hijo varón que la siguió, días después, a la tumba. Su hija la Condesa de Mailly-Rubempré la sucedería en el cargo de Dama de Palacio de la Reina.

De sus cinco hijas, cuatro serían las amantes y favoritas del rey Luis XV. La excepción fue Hortence-Félicité, Marquesa de Flavacourt.


 

miércoles, 26 de noviembre de 2014

EL IIº CONDE DE ROFFIGNAC



ROFFIGNAC_IIº Conde de / 2ème. Comte de_René Annibal de Roffignac de Belleville, IIº Conde de Roffignac, Señor de Belleville, Grande de España, Caballero de la Orden de Montesa (Castillo de Belleville, Feuillade, Angoulême, Francia, 24-12-1740 / Madrid, España, 23-09-1807). Hijo de Jean de Roffignac, 1er Conde de Roffignac, y de Louise du Faux de Verrière, pertenece a una vieja y poderosa familia del Limosín que, por matrimonio de Gaspard de Roffignac con Favienne Morin de Belleville en la 1ª mitad del s. XVII, heredó del señorío y castillo de Belleville.

Contrajo matrimonio el 4 de febrero de 1768 con Marie-Madeleine Van Tongeren (1748-1793), rica heredera de una familia originaria de Flandes y dueña de una importante fábrica de papel de Angoulême. Él y su esposa fueron presentados en la corte de Versailles el 19 de julio de 1773, ante el rey Luis XV y la familia real (Honores de la Corte). El matrimonio produjo 3 hijos:

-Louise Elisabeth de Roffignac (1768-1849); c.c. Jean de Vassoigne, Caballero de La Bréchinie y de Grassac.

-Louis-Philippe Joseph, 3er. Conde de Roffignac (1773-1846); c.c. (1806) Solidelle Félicité Montégut => con descendencia / Casa Condal de Roffignac.

-Charles-Philippe de Roffignac, Vizconde de Roffignac (1781-1863).

Sirve desde la adolescencia como voluntario en el ejército francés y le encontramos más tarde con rango de capitán en el Regimiento de Chartres; se distingue en el bloqueo de Gibraltar y pasa al servicio del Rey de las Españas en 1784. Carlos III le recompensa concediéndole el título y rango de Grande de España. Llegaría a ser mariscal de campo y caballero de la Orden de Montesa. En 1792, figura como general de división para defender Cataluña de la ofensiva francesa. Llega incluso a ofrecer su cabeza para salvar la del rey Luis XVI de Francia, en vano. Cuando España declaró la guerra a Francia, vuelve a mandar el ejército que defiende la frontera pero es capturado por los franceses en julio de 1793 en el Bidasoa. Hecho prisionero tras su derrota, es retenido no como prisionero de guerra sino como "emigrante francés", estatus que le condena irremediablemente a la guillotina. Empieza su internamiento en Duplessis, luego su traslado en el Palacio de Luxembourg para acabar en La Conciergerie, antecámara de la muerte. Le salva la caída de Robespierre y la obstinada valentía de su hija para que revisasen su estatus. Liberado, es trasladado a la casa de salud Desnos y en el Hôtel de Dreneux, sin recobrar la plena libertad. Sería finalmente liberado como prisionero de guerra en 1795, y devuelto a la frontera española en un intercambio de prisioneros.

Nuevamente destinado en Santiago de Compostela a partir del 16 de abril de 1799, uno de sus hijos se casó en Galicia -fundando familia allí- y otros volvieron posteriormente a Francia. Murió en Madrid el 27 de junio de 1807.

 

domingo, 23 de noviembre de 2014

EL Ier. CONDE DE BEAUSOBRE




BEAUSOBRE_Ier. Conde de / 1er. Comte de_Jean-Jacques de Beausobre, 1er. Conde y Marqués de Beausobre, Barón de Beault, Caballero y Señor de Beausobre, Señor de Bisseuil, de Grébert, de La Folie, de Les Basses-Londes, de Croisilles, etc. (Castillo de Morges, Canton de Vaud, Suiza, 15-03-1704 / Castillo de Bisseuil, Normandía, Francia, 1783). Fue un distinguido oficial-general suizo al servicio de Francia que se distinguió en las tres guerras del reinado de Luis XV. El Rey de Francia le concedió, en 1740, las cartas patentes de 1er barón de Beault y 1er conde de Beausobre (títulos hereditarios y transmisibles de varón a varón), con privilegio de titularse conde o marqués indistintamente.

Fue el mayor de los tres hijos varones nacidos del caballero Jean II de Beausobre, Señor de Beausobre (1666-1722), Coronel al servicio de la Corona Francesa, y de su prima Jeanne de Beausobre. Su padre se había distinguido como oficial en el Ejército de Luis XIV, tras iniciar su carrera en el Regimiento de Stoppa (1687), participando en las campañas militares en Flandes, España, Mallorca, Mosela y en el Pasaje del Rhin, que le dieron el suficiente prestigio como para llamar la atención del Conde Trauttmansdorff, embajador del Emperador en Suiza, y pretender éste que pusiera su espada al servicio de la Casa de Austria, cosa a la que se negó en redondo pese a las amenazas veladas sobre su familia, cuyas tierras habían sido confiscadas tiempo atrás. El abuelo, François de Beausobre (1624- ? ), hijo de Jean I de Beausobre y de una damisela Du Ris, procedente de la pequeña nobleza burgunda, ya figuraba desde 1641 en la primera Compañía de los Cien-Gentileshombres de la Guardia del Rey Luis XIII, bajo las órdenes del Conde de Lauzun, y se había casado en 1656 con Jeanne de Jouet-Sur-la-Loire, que le dio 6 retoños, siendo Jean II de Beausobre su 3er. hijo varón.

El linaje de los Beausobre procedía de la vieja nobleza de espada inmemorial del antiguo Condado de Provenza, fundado por Jonás-Baltha cuando, en el año 890, contrajo matrimonio con Sibila de Lavemberg. El hijo de éstos, Casimir de Beaux, casado en 926 con Mathilde de Massa, perpetuó el linaje que por entonces se conocía como de los Señores de Beaux y sus representantes contrajeron alianzas en las distinguidas familias de De La Tour, De Castro, De Vienne, De Suze, De Provenza, D'Orange, De Sabran, D'Aix, D'Anduze, De Macaut D'Aubre o De Saubre (señorío éste que formó parte de la familia a partir de 1439 y que dio origen al nombre de De Beaux De Saubre que, andando el tiempo, degeneró en De Beausobre).

Con Bertrand IV de Beaux (ob.1457), acusado de herejía e hijo de heréticos albigenses, y apodado Beaussare por haber escapado de su prisión, la familia estuvo representada en la célebre batalla de Azincourt (1415), y casó el 12 de agosto de 1439 con Dama Margarita, hija de Joseph, Señor de Macaut-Sur-Gironde y d'Aubre o de Saubre, heredando de este último señorío. El hijo de éste, Léonard I de Beaux (1442-1520), fue el primero de su familia en pertenecer a la prestigiosa Compañía de los Cien-Gentileshombres de la Guardia del Rey de Francia. El nieto, Léonard II de Beaux (1505-1572), Señor de Saubre-les-Albin, llamado también Sobre, y de Ferrières, de Soubrebost, de Sabrin y de Langoiron, igualmente apodado Beaussare, fue una de las pocas víctimas de la Masacre de la San Bartolomé que consiguió salir de París pero que falleció a consecuencia de sus heridas al poco tiempo. El quinto hijo de éste, Arnault de Beaux de Saubre (1541-1610) abrazó el bando hugonote y se puso al servicio del Príncipe de Condé en 1568. Escapó de milagro a la Masacre de la San Bartolomé en 1572, encontrando refugio en casa de su cuñado, el Señor de Cipierre. Protestante perseguido, tuvo que exiliarse en Ginebra en 1576. Bien acogido por la República Helvética, obtuvo el derecho de burguesía y fue miembro del Consejo de los Doscientos. Se estableció y murió en el Castillo de Morges, en el Cantón de Vaud. Fue el primero en rubricar su nombre como "Arnault de Beaussobre / Señor Arnault de Beaussobre" fruto abreviado del nombre de De Beaux De Saubre o De Soubre, y que sus descendientes adoptaron y conservaron.

Jean-Jacques de Beausobre, siguiendo los pasos de sus antepasados, padres y abuelos, abrazó naturalmente la carrera militar a partir de 1716. En 1734, ya era Capitán de Granaderos en el Regimiento de Courten, mandado por su padre. Enviado por el Rey para servir en las filas del Ejército Austríaco en la guerra de Hungría, asistió a la firma de la paz el 17 de setiembre de 1739 en Belgrado. En 1740, Luis XV le creaba 1er Barón de Beault (Beaux) y Conde de Beausobre, y le daba su real permiso para llevar el título de Conde y de Marqués de Beausobre, privilegio extensible a todos sus parientes que llevasen su mismo nombre, otorgándole además el cargo de ayuda-del-mariscal-general de los alojamientos del Ejército de Bohemia, mandado por el Mariscal-Duque de Belle-Isle. En 1743, le ofrecieron el mando de un regimiento de húsares tras distinguirse en la batalla de Dettingen. Ascendido a brigadier de caballería en 1744, a mariscal-de-campo en 1748 y finalmente a Teniente-General en 1759, el Conde de Beausobre sirvió con distinción en todas las guerras (Guerra de Sucesión Polaca, Guerra de Sucesión Austríaca, Guerra de los Siete Años), bajo el mando del Mariscal de Sajonia. En 1738, fue recibido como Caballero de la Orden del Aguila Roja de Brandenburgo, de la que acabaría siendo Gran Cruz en 1765. Se retiró del servicio activo en 1763 y se instaló en su castillo de Bisseuil, en Normandía. Murió veinte años más tarde.


 

jueves, 20 de noviembre de 2014

EL VIIIº PRÍNCIPE DE CONDÉ



CONDÉ_VIIIº Príncipe de / 8ème. Prince de_Louis V Joseph de Bourbon-Condé, VIIIº Príncipe de Condé, Príncipe de la Sangre, XVº Duque de Borbón, VIIIº Duque de Enghien y d'Albret, Xº Duque de Montmorency, XIIº Duque de Guisa, VIIº Duque de Bellegarde & Par de Francia, XXVIIº Conde de Sancerre, XXVº Conde de Charolais, Señor de Chantilly (Hôtel de Condé, París, 09-08-1736 / Castillo de Chantilly, 13-05-1818).

Sus padres fueron el feo Luis IV Enrique, Duque de Borbón y 7º Príncipe de Condé, y la hermosa princesa Carlota de Hessen-Rheinfels-Rottenburg. De la unión de la "Bella" y la "Bestia", surgieron entre otros, nuestro protagonista, físicamente más aventajado y mentalmente más sereno después de una sucesión de antecesores tarados y deformes. Por su madre, Luis V José de Borbón era nieto del Landgrave Ernesto Leopoldo de Hessen-Rheinfels-Rottenburg (1684-1749) y de la Princesa Eleonora zu Löwenstein-Wertheim (1686-1753) y sobrino de Polixena Cristina de Hessen-Rheinfels-Rottenburg (1706-1735), esposa del rey Carlos-Manuel III de Cerdeña y Piamonte (1701-1773), hermana y cuñado respectivamente de su madre.

Por parte de padre, era sobrino de la maltratada Princesa de Conti y de los condes de Charolais y de Clermont, Carlos y Luis de Borbón-Condé. Nieto del desquiciado y cruel Luis III, 6º Príncipe de Condé y de la legitimada Mademoiselle de Nantes, Francisca María de Borbón, ésta le hacía bisnieto del rey Luis XIV y de Françoise-Athénaïs de Rochechouart-Mortemart, Marquesa de Montespan.

Luis V José de Borbón nació el 9 de agosto de 1736 en el Palacio de Condé, París.

Su infancia y adolescencia las pasó junto a su hermosa madre en el castillo de Chantilly. La familia de los Condé se encontraba entonces proscrita desde que su padre, primer ministro del rey Luis XV desde 1723, había caído en desgracia una década antes de su nacimiento. Alejados a la fuerza del epicentro versaillesco, Luis V José de Borbón, duque de Enghien, creció entre las delicadezas mundanas de su madre y las obsesiones equinas y científicas de su padre. Pronto, como sus ancestros, Luis José sintió la llamada de la vida militar guiado por la ejemplar carrera del Gran Condé su tatarabuelo.



EL 8º PRÍNCIPE DE CONDÉ


A los catorce años (1740), su padre fallece convirtiéndole en el octavo príncipe de Condé. Menos de un año después, es su madre quien desaparece dejándole completamente huérfano a los quince. Quizá por mediación de la Marquesa de Pompadour, amante oficial del rey Luis XV, el Príncipe de Soubise propone la mano de su hija Carlota-Godefride-Elisabeth de Rohan-Soubise (1737-1760) al adolescente y rico príncipe de Condé. Considerando las ventajas de tal alianza con la linajuda familia de Rohan, que le acercarían nuevamente al favor real, Luis V José de Borbón accedería a casarse con la encantadora heredera de los Soubise. Es cosa hecha en 1753; el novio tiene entonces 17 años, mientras que la novia cuenta 16. Luis XV firma el contrato matrimonial en Versailles y bendice, satisfecho, a los novios que se casan en la capilla real de palacio el 3 de mayo de 1753, ante toda la corte y la Familia Real allí reunidos.

Las ventajas de la semejante boda pronto se harían notar: el Príncipe de Condé y su esposa gozan de las grandes y pequeñas entradas en Versailles, y Luis XV no tardará en concederle la confirmación del cargo de Gran Maestre de Francia, que había sido ostentado por sus antecesores en épocas pasadas. Más aún: aparte de unos apartamentos en palacio, el rey impulsa la carrera militar del joven Condé, que arde en deseos de mostrar su valía en el ejército de Su Majestad.

Tres años después de celebrarse la boda, la Princesa de Condé da a luz al primer hijo varón: Luis VI Enrique de Borbón-Condé, Duque de Borbón (1756-1830). Le seguirían dos niñas más: María de Borbón-Condé (1756-1759) -muerta a los 3 años de edad y hermana melliza del anterior- y Luisa Adelaida de Borbón-Condé (1757-1824), conocida como "Mademoiselle de Condé" y futura abadesa de Remiremont.



Por aquellos años, el joven príncipe ordena la demolición del Palacio de Condé, en París, para construir en su emplazamiento el Teatro de L'Odéon, después de haber erigido el Palais-Bourbon, su nueva residencia en la capital del Sena, hoy sede del Parlamento (Asamblea Nacional).



Nombrado teniente-general de los Ejércitos del Rey en 1758, accede al cargo de gobernador de Borgoña, tras haber participado con nota alta en la Guerra de los Siete Años, añadiendo a su currículum militar las victorias de Grüningen y de Johannisberg (1762). Pero no solo es un general triumfante; es también un jefe que se implica personalmente en los problemas cotidianos de sus soldados y subordinados. Se preocupa por ellos y por sus necesidades, velando siempre por su salud y bienestar. Esos gestos harán que sus soldados le amen como jefe y como persona, y le sigan fielmente allá donde los conduzca. Tal es la buena prensa que difunden sus soldados sobre él, que el Príncipe de Condé pasará a ser tremendamente popular entre los suyos y los que no están a sus órdenes pero ansían tenerle como general.

Sin embargo, dos años antes, su mujer fallece (1760), dejándole viudo y con dos huérfanos.



Aureolado por sus triunfos bélicos, pese a la costosa derrota de Francia en esa penosa contienda europea, el Príncipe de Condé obtiene el permiso de descansar en su castillo de Chantilly donde tiene su propia corte. En sus tierras recibe a mucha gente y demuestra ser el mejor de los anfitriones. Un testigo de entonces, anotaría en 1777, que el Príncipe y ocho de sus amigos solían ser diariamente servidos en la mesa por una cohorte de veinticinco camareros, mientras tocaba toda una orquesta al completo para amenizar sus comidas y cenas.



Por aquella época, ya anda cortejando a la hermosa y rica Princesa de Mónaco, nacida Maria-Catalina de Brignole-Sale (1737-1813), hija de un dogo de Génova y esposa del celoso Príncipe Honorato III de Mónaco, al que le aportó una colosal dote en el momento de casarse. Si entonces las infidelidades entre gentes de la alta sociedad son vistas como algo corriente y se aceptan, el temperamento del príncipe monegasco no encaja nada bien los deslices de su consorte con un pariente del Rey de Francia. Haciendo un escándalo del adulterio de su esposa, Honorato III de Mónaco se atrae la desaprobación de la sociedad parisina que critica su mal perder y su falta de compostura. Harta de sus escenas, la Princesa de Mónaco acabaría por solicitar la separación de cuerpos y abandonaría a su marido para vivir junto al Príncipe de Condé, del que está locamente enamorada.

En 1780, Luis XVI le nombraría Coronel-General de Infantería, pese a su concubinato con la Princesa de Mónaco.

Amigo y protector del célebre libertino y escritor Marqués de Sade, que ha nacido en su casa, no dudará en apadrinar a su hijo Louis-Marie de Sade, y en sostenerlo sobre la pila bautismal en la capilla privada de los Condé en Chantilly.



LA REVOLUCIÓN Y EL EXILIO


Aunque el príncipe pasa por ser un liberal, en 1789 se opuso al doblamiento del Tercer Estado durante la reunión de los Estados Generales en Versailles. Para él, la Revolución tomó un giro desagradable y sus desmanes se hicieron intolerables. Tras la toma de La Bastilla, aquel 14 de julio de 1789, y la partida del Conde de Artois hacia el exilio (15 de julio de 1789), el Príncipe de Condé y su familia optaron por hacer sus baúles y seguir con el ejemplo del hermano menor del Rey. Es el pistoletazo de salida al exilio, el detonante de una auténtica ola de emigración de la nobleza huyendo de una revolución que acabará por hundir todo un mundo en un mar de sangre...

En su marcha hacia el exilio, el Príncipe de Condé arrastra consigo a la Princesa de Mónaco, a su hijo el Duque de Borbón y a su nieto el Duque de Enghien, al Príncipe de Conti, a los Duques de Polignac y a los Príncipes de Rohan-Guéméné... Elige entonces encontrar refugio en los Países-Bajos, luego viaja hasta Turín y, finalmente, se instala en Worms (Alemania) donde empezaría por reunir un ejército a orillas del Rhin, mientras los hermanos del Rey se instalan en Coblenza. Sus peregrinajes por las cortes vecinas tan solo obedecen a un objetivo: conseguir apoyos y ayudas. Seguido por lo más granado de la aristocracia gala, por algunos de sus antiguos soldados y subordinados, se decide a crear un ejército destinado a combatir a las tropas revolucionarias que empiezan a arrasar más allá de las fronteras francesas. Paralelamente, crea una red de espionaje para sabotear la Revolución desde dentro.



En 1790, Luis V José de Borbón declaraba a sus semejantes:


"Desde hace un año ya, he abandonado mi patria; debo exponer a los ojos de Europa los motivos que me han obligado a salir de ella. El pueblo francés se ha dejado perder por facciones, pero abrirá los ojos, ese buen pueblo; enrojecerá por los crímenes que la intriga y la ambición de sus jefes le han llevado a cometer. Volverá a enderezar, con sus propias manos, el trono de sus reyes o me sepultaré bajo las ruinas de la monarquía. La nobleza es una: es la causa de todos los príncipes, de todos los gentilhombres, que yo defiendo; se reunirán bajo el glorioso estandarte que yo desplegaré a su cabeza. Si, yo iré, pese al horror que debe naturalmente inspirar a un descendiente de San Luis, la idea de manchar su espada con la sangre de los Franceses; iré a la cabeza de la nobleza de todas las naciones y seguido por todos los súbditos fieles a su rey, que se reunirán bajo mis banderas, e intentaré liberar a este infortunado monarca."


Sin embargo, sus gestiones y operaciones resultan molestas a las potencias extranjeras. Preocupados por controlar los movimientos de los emigrados franceses, las cortes de Viena y Berlín mantienen al Príncipe de Condé alejado de todas las operaciones militares en 1792 y, para colmo, le subordinan a un general austríaco (1793). Estacionado a orillas del Rhin entre 1794 y 1795, el Ejército de Condé pasa luego bajo el control de Gran-Bretaña, de Austria y de Rusia sucesivamente, ya que estas potencias contribuyen a su manutención y dirección.

En 1796, mandaría recado al Duque Luis-Felipe de Orléans (hijo del tristemente célebre Felipe-Igualdad) para que se uniera al Ejército de Condé, pero éste negándose a combatir contra sus hermanos de armas, rehusó responder a la petición. Pese a la desertación del joven Orléans, convertido en un simple maestro de escuela en Suiza, en el Ejército de Condé se cuentan a numerosos jóvenes aristócratas como el Duque de Richelieu, el Vizconde de Châteaubriand y el Duque de Blacas, personajes que serían figuras de proa de la Restauración Monárquica en 1814.

En 1797, tras el Tratado de Campoformio establecido entre Austria y la República Francesa, el Príncipe de Condé y su ejército pasan al servicio del zar Pablo I de Rusia. Tras el Tratado de Lunéville, en el que Rusia abandona la coalición contra Francia, su ejército es finalmente disuelto. Tras haber realizado, en vano, auténticos prodigios de valor en Wissemburg, Haguenau y Bentheim, el príncipe se vió obligado a disolver sus tropas y retirarse a Inglaterra con su familia (1801), instalándose en Wanstead. La Princesa de Mónaco le acompañaría fielmente en aquellos primeros y lúgubres años. Para poner fin a su situación irregular, el príncipe matrimonió con Maria-Catalina de Brignole-Sale tras pedir el visto bueno del Conde de Provenza, nuevo jefe de los Borbones al ser guillotinado su hermano Luis XVI (21 de enero de 1793) y al fallecer en extrañas circunstancias su sobrino el Delfín Luis XVII (1795) en la Torre del Temple.

En su exilio británico, padre e hijo malviven servidos por criados a los que, dificilmente, consiguen pagar puntualmente los sueldos. Tampoco pueden comprarse ropa nueva ni dedicarse a recibir como antaño en Chantilly; el dinero no siempre les llega para comer decentemente. Pese a la miseria en la que se ven sumidos, viven y comen siguiendo a rajatabla todo el viejo ceremonial cortesano de Versailles, ataviados con trajes pasados de moda, usados y remendados. Las tediosas veladas eran amenizadas con sus viejos recuerdos, conversaciones y lecturas aburridas que intentaban distraerles de su tristeza y abatimiento moral.

El rey Jorge III se apiadaría de su triste situación, concediéndoles una única pensión de 675 Libras que debían, sin embargo, compartir. Recibían más de la corte de Saint-James que los Duques de Orléans, pero mucho menos que el Conde de Provenza y el Conde de Artois. La generosidad británica rozaba la racanería.

El triumfo de la Revolución y el advenimiento del Consulado con el general Napoleón Bonaparte en Francia, acaban por tener un efecto demoledor en el espíritu del Príncipe de Condé. Perdiendo contacto con la realidad, persiste en su idea de levantar un nuevo ejército contra-revolucionario y transmite instrucciones bélicas a su nieto, el Duque de Enghien, entonces afincado como un simple particular en el castillo de Ettenheim, en Baden, propiedad heredada de su abuela, sin comprender que los tiempos han cambiado.

El destino le reservaría un último golpe fatal: su nieto Luis Antonio, Duque de Enghien, sería nocturnamente secuestrado en su residencia badense de Ettenheim por la policía secreta de Napoleón y, tras un interrogatorio y una parodia de juicio, ejecutado en los fosos del castillo de Vincennes (21 de marzo de 1804). Con el asesinato de su nieto, el linaje de los Príncipes de Condé quedaba letalmente seccionado y condenado a desaparecer con el Duque de Borbón, Luis VI Enrique (1756-1830).

En 1813, otra muerte viene a ensombrecer al príncipe: su segunda esposa, Maria-Catalina de Brignole-Sale, ex-princesa de Mónaco, fallece y es sepultada en el cementerio de Wimbledon.




EL REGRESO A LA PATRIA



Su exilio duraría hasta la caída del Imperio Napoleónico (1814), y tras confirmarse la noticia que el Senado Imperial llamaba al Conde de Provenza a posesionarse del trono de sus padres como rey y con el ordinal de Luis XVIII. El retorno de la monarquía a Francia puso punto y final a un tedioso y miserable exilio de 25 años. Dos décadas y media que hicieron mella en el príncipe; los disgustos, las desgracias y las penas arruinaron su ánimo y, aquejado de senilidad con 78 años de edad, Luis V José de Borbón regresaba a su patria sin entender muy bien qué estaba pasando. Todas sus propiedades habían sido confiscadas desde su marcha en 1789, y sus tesoros artísticos saqueados y vendidos en subasta. El castillo de Chantilly, joya de la corona de los Condé, había sufrido mucho de los desmanes revolucionarios: saqueado, incendiado y demolido en gran parte, tan solo subsistían el "petit-château" (pequeño castillo) y el castillo de Enghien de aquel grandioso complejo, junto con las grandes y hermosas cuadras construidas por su padre, que se salvaron milagrosamente de la destrucción. Su residencia parisiense del "Palais-Bourbon", se había convertido en sede de la cámara de los diputados, la hoy día Asamblea Nacional (parlamento) y el Gobierno tuvo que devolverselo junto con todas las otras propiedades que le habían sido arrebatadas por la República en 1792. Para el "Palais-Bourbon", el príncipe se contentó con el acuerdo de seguir cediendo parte del palacio al Parlamento a cambio de un sustancioso arrendamiento, mediante un contrato de alquiler de 3 años, permitiéndole además ocupar la otra parte que no se utilizaba como vivienda particular. Habría que esperar hasta 1827 para que el Estado se convirtiera en el nuevo propietario del complejo palatino conformados por el "Palais-Bourbon" y el palacio de Lassay, que formaban un solo edificio desde 1764.

Quizá la peor parte del reencuentro con su patria, fue ver cómo habían saqueado las tumbas de sus padres y antecesores en Valléry, cuyos restos fueron violados y tirados a una fosa común por los revolucionarios. Su hijo, el Duque de Borbón, se encargó de la triste tarea de exhumar los cuerpos de sus antepasados para devolverlos a su antiguo emplazamiento en una única tumba sellada por una sencilla losa de marmol gris.

Una vez restaurado en el trono de sus padres, Luis XVIII devolvió al anciano Príncipe de Condé su antiguo cargo de Gran Maestre de Francia, lo que implicaba tener funciones oficiales en la corte instalada en el Palacio de Las Tulerías, y de la que sería un asiduo miembro, mientras su hijo la desertaba. Con la excusa de sus años, el Príncipe de Condé se exprime libremente y sin florituras sobre todo lo que acontece en la corte o en el Gobierno.

Al cabo de cuatro años, el octavo Príncipe de Condé, viejo y agotado, fallecía en su querida propiedad de Chantilly el 13 de mayo de 1818, a la edad de 82 años.

A modo de anécdota, podríamos avanzar la teoría de algunos historiadores de que el famoso pretendiente Charles Naundorff, que se creía que era el pobre Delfín Luis XVII escapado del Temple en 1795 (y reemplazado por otro niño de la misma edad y muerto de tuberculosis en aquella lóbrega celda), no era en realidad el hijo de Luis XVI y de Maria-Antonieta, sino un bastardo del Príncipe de Condé, lo que explicaría su semblanza física con los Borbones y su conocimiento de las costumbres de la corte de Versailles.

 

miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL CONDE DE CASTÉJA




CASTÉJA_Conde de / Comte de_Stanislas Catherine de Biaudos de Castéja, Caballero y luego Conde de Castéja, Señor de Vaux, de Framerville, de Rainecourt, de Herleville y de Belleuse (Castillo d'Anthée, Namur, Bélgica, 30-01-1738 / Castillo de Vêves, Celles, Namur, Bélgica, 10-05-1792). Hijo segundón de René François de Biaudos, IIº Marqués de Castéja, Caballero de la Orden Militar de San Luis, gentilhombre de la Cámara del Rey de Polonia, gobernador de Marienburg, y de Jeanne Henriette Jacquier de Rosée, dama de honor y de compañía de la Duquesa du Maine. Sus padrinos fueron el ex Rey de Polonia Estanislao I Leszczynski, Duque de Lorena, y su esposa la ex Reina Catalina de Polonia.

Por ser hijo segundón de un marqués sin fortuna, fue tempranamente condenado a buscarse la vida. Sin embargo, a la edad de 13 años, tuvo la suerte de verse designado heredero universal del Conde Marie-Ferdinand de Berlo de Frandouair, miembro de una poderosa familia de la nobleza belga que se había encariñado con el joven adolescente sin fortuna. Fue de ese rico aristócrata, fallecido en 1763, que recibió el feudo de Vaux, único bien que poseerá ya que renunciará a su parte de la herencia paterna, juzgada sin interés y cubierta de deudas.

A sus 16 años, ingresa en el Ejército Francés escogiendo la Infantería, menos prestigiosa que la Caballería en la que servía su hermano mayor pero con grados menos onerosos. Muy apreciado por sus superiores, hizo una muy buena carrera en el Regimiento del Conde de La Marck ascendiendo al rango de teniente el 29 de abril de 1747; nombrado teniente-segundo el 1 de enero de 1748 y primer teniente el 21 de marzo, consiguió el grado de capitán el 5 de agosto de 1754. Sirvió en Alemania entre 1757 y 1762. Su regimiento tomó parte en 1757 en la batalla de Hastembeck, la conquista de Hannover, la batalla de Rossbach y, en 1758, en la batalla de Krefeld y el combate de Meer, en 1760 en la batalla de Korbach, al ataque de Kassel y de Minden, en 1761 en la refriega de Wilhelmstadt.

Nombrado capitán el 20 de julio de 1761 y mayor del Royal-Suédois el 31 de diciembre de 1766, era mencionado en los informes de sus superiores como un excelente oficial destinado a obtener el grado de teniente-coronel. Trasladado al Regimiento de Alsacia el 4 de marzo de 1767, lo abandona el 29 de febrero de 1768 por cuestiones personales: se sentía humillado en su amor propio al no poder desempeñar su cargo con distinción. Nombrado mayor del Bourbonnais el 11 de agosto de 1768, cuyo coronel había solicitado su ingreso desde diciembre de 1767, obtuvo el rango de teniente-coronel el 24 de marzo de 1769 y la más que merecida cruz de la Orden de San Luis, de manos del Rey Luis XV el 12 de noviembre de 1770.

Escogido para ser el coronel-teniente del Regimiento del Royal-Comtois el 28 de julio de 1773, con misión de restaurar en éste el orden y la disciplina, sustituía al Conde de Noé. Le precedía su reputación de firmeza y sus talentos como organizador; de él ya anotaban: "oficial superior y excelente desde todos los puntos de vista." Para hacerse cargo de semejante regimiento tuvo que desembolsar 30.000 libras pero, no teniendo los medios necesarios para mantenerse al frente de ese cuerpo (debía 1.500 libras de intereses sobre el préstamos necesario para comprar su regimiento, y solo le quedaban 3.000 libras de sueldo), Luis XV le otorgó una gratificación anual de 6.000 libras.

Elevado al rango de brigadier el 1 de marzo de 1780, Luis XVI le otorga el de Mariscal-de-Campo el 1 de enero de 1784. Tras esa nominación regia, abandona su regimiento para convertirse en inspector de infantería en la 1ª división de Alsacia el 1 de abril de 1788, y de nuevo en 1789.

El 10 de enero de 1779, en Versailles, el Rey y la familia real dan su permiso para su boda con una rica heredera de la nobleza picarda, nieta paterna del Marqués Doria y por lado materno del Conde de Watteville, gobernador de Ham: Marie Élisabeth Françoise Desfrisches-Doria, juzgada pequeña, fea y jorobada pero dotada de un excelente carácter, mucho intelecto y de sentimientos firmes a la par que nobles. Como dote, la novia aporta varios señoríos entre los cuales se distinguen Framerville, Rainecourt, Herleville y Belleuse. La ceremonia religiosa tiene lugar el 3 de febrero en Cayeux-en-Santerre. La pareja se instala en el Castillo de Framerville, una mansión agradable y ricamente amueblada construída a finales del siglo XVII. Marido y mujer llevan entre sus muros la tradicional vida de los nobles de provincias: carrera militar, gestión de los bienes matrimoniales, cacerías y lectura para el conde, tapicería para la condesa, visitas de cortesía y recepciones mundanas.

Ese año de 1779, el Caballero de Castéja toma el título de conde al convertirse su hermano mayor, Louis-Anne-Alexandre de Biaudos, en el IIIer. Marqués de Castéja a la muerte de su padre.

El Conde de Castéja sería elegido diputado suplente de la nobleza de Péronne en los Estados Generales el 25 de abril de 1789, pero nunca fue llamado a sentarse en la asamblea. Por otro lado, fue encargado de verificar las cuentas de los regimientos el 12 de agosto de 1790. En noviembre del mismo año, el comité militar de la Asamblea expresó su deseo de nombrarle ministro de la Guerra, pero la intervención del Marqués de La Fayette a favor de Portail echó por tierra su nombramiento. Integrado en la 16ª división militar en abril de 1791, rehusó prestar el nuevo juramento, dio su dimisión y ésta fue aceptada el 13 de agosto de 1791. En octubre, decide emigrar y abandona Francia para Coblenza, dónde se une voluntariamente al Ejército de los Príncipes, dejando a su esposa en una situación harto delicada. Aunque acabará por abandonar ese ejército de emigrados contrarrevolucionarios antes de su disolución, el Conde de Castéja se verá en la imposibilidad de regresar a Francia por culpa de los decretos de 1791 y 1792, que le condenan al exilio. Gravemente enfermo, encuentra refugio en el Castillo de Vêves, en Celles, propiedad de su primo el Conde Hilario de Liedekerke-Beaufort, y fallece el 10 de mayo de 1792.

Antes de expirar, el conde hizo una declaración formal precisando que sus bienes franceses eran legalmente posesiones de su esposa. La declaración fue suficiente para no tener que recurrir al divorcio de los cónyuges y solución utilizada por muchos emigrados para salvar sus bienes de la confiscación.




La Condesa Viuda de Castéja, por el mero hecho de ser una aristócrata, fue encarcelada entre noviembre de 1793 y julio de 1794, escapando de la guillotina de milagro. Liberada, encontró las puertas de su Castillo de Framerville selladas y vaciado de su mobiliario, que había sido embargado por las autoridades revolucionarias. Empezó entonces una larga batalla jurídica para recuperar lo que no había sido subastado y recibir una compensación económica por los perjuicios sufridos. Por fin ganada, la Condesa Viuda murió en su castillo el 20 de abril de 1803, no sin antes preservar la mayor parte de sus intereses y transmitirles a sus dos hijos varones: André de Biaudos, Conde de Castéja y Prefecto bajo la Restauración, y Jean-Marie-François de Biaudos, Vizconde de Castéja, que eligió la carrera militar. Al cabo de 8 años de batalla judicial, también consiguió que su difunto marido fuera borrado de la lista de los emigrados.

 

domingo, 16 de noviembre de 2014

EL INFANTE DON ANTONIO DE PORTUGAL




PORTUGAL_Infante de_Don António Francisco Xavier José Bento Teodósio Leopoldo Henrique de Bragança y Baviera-Neuburg, Infante de Portugal, Caballero de la Orden de Cristo (Palacio da Ribeira, Lisboa, Portugal, 15-03-1695 / Quinta da Tapada, Lisboa, 20-10-1757). Fue el quinto hijo de los reyes de Portugal, Pedro II y de María-Sofía de Baviera-Neuburg, y hermano predilecto del rey Juan V, del Duque de Beja y del Infante don Manuel, Conde de Ourém y candidato al trono de Polonia.

Sus hermanos y hermanas fueron los siguientes:

-Don Juan de Bragança, Príncipe de Brasil (1688-1688) fallecido en la cuna.

-Don Juan V, Príncipe de Beira y de Brasil, Duque de Bragança (1689-1750) Rey de Portugal y de Los Algarves.

-Don Francisco Xavier de Bragança, Infante de Portugal (1691-1742) 7º Duque de Beja y Beira, 2º Señor de la Casa del Infantado, Gran Prior de Crato y de la Orden de Malta, Condestable de Portugal.

-Don Antonio Francisco Xavier de Bragança, Infante de Portugal (1695-1757).

-Doña Teresa María de Bragança, Infanta de Portugal (1696-1704).

-Don Manuel de Bragança, Infante de Portugal (1697-1766), Conde de Ourém.

-Doña Francisca Josefa de Bragança, Infanta de Portugal (1699-1736).

Descrito por sus contemporáneos como un príncipe afable y simpático pero harto apático y egoísta, el Infante don Antonio fue, de los tres hermanos, el que mejor se entendió con el primogénito Juan V. Sin embargo, siempre vivió retirado y alejado de la Corte para escapar a su protocolo, sus pomposas ceremonias religiosas y su ambiente de intrigas.

Por otro lado, y dícese que por vanidad, se erigió en el gran protector y salvador de una banda de ladrones que, en su momento, alarmó la capital lusa y conocida como la "Compañía do Olho Vivo". Parte de sus miembros, para salvarse de verse las caras con la Justicia, fueron acogidos por él para formar parte de su servidumbre.

Cuando falleció sin descendencia legítima su hermano don Francisco Xavier, el intrigante y cruel Duque de Beja, entonces titular del Señorío del Infantado (que otorgaba las mayores rentas del reino a su poseedor) en 1742, Don Antonio reclamó para si la sucesión de éste. Sin embargo, sus ruegos no fueron atendidos por el rey al ser finalmente otorgado el rico señorío y el ducado de Beja a su sobrino el Infante Don Pedro, hijo favorito de Juan V.

Enormemente disgustado al no ver sus expectativas colmadas, el Infante Don Antonio se convirtió en un hombre despechado que no dudó en protestar amargamente ante semejante decisión, sintiéndose gravemente lesionado en sus intereses. A raíz de ese desagradable incidente familiar, la relación entre el rey y su hermano se enfrió brutalmente, y no volvieron a cruzarse palabra más allá de lo exigido por el protocolo.

Retirado en su propiedad lisboeta de la Quinta de Tapada, nunca contrajo matrimonio ni dejó hijos ilegítimos. Sobrevivió a su hermano el rey Juan V y al catastrófico Terremoto de 1755 que destruyó Lisboa.

Murió a la edad de 62 años y fue enterrado en el Panteón Real del Monasterio de Sao Vicente da Fora, en Lisboa.




miércoles, 12 de noviembre de 2014

EL CONDE DE OURÉM




OURÉM_Conde de_Don Manuel José Francisco Antonio Caetano Estevao Bartolomeu de Bragança y Baviera-Neuburg, Infante de Portugal, Conde de Ourém (Palacio da Ribeira, Lisboa, Portugal, 03-08-1697 / Quinta de Belas, Belas, Sintra, Portugal, 03-08-1766). Fue el séptimo hijo de Don Pedro II, Rey de Portugal y de los Algarves, y de su esposa la reina Marie-Sophie de Baviera-Neuburg, y hermano menor del rey Juan V de Portugal que, por no querer obedecer al deseo real de entrar en las órdenes clericales, se fugó a Londres y recorrió Europa para ofrecer sus servicios al Emperador del Sacro Santo Imperio Romano Germánico.

Su educación principesca le llevaría a idealizar la vida militar, a tener un alto concepto de sí mismo y de su posición, soñando con gloriosas hazañas, laureles y honores. A sus diez años, dejó escrito una sentencia que definía perfectamente su carácter: "Más deben los hombres perder la vida con honra que vivir en la infamia."

Destinado naturalmente a la carrera eclesiástica, el Infante Manuel se rebeló contra el deseo de su hermano a que accediera al capelo cardenalício por ser el menor de la Familia Real. Deseoso de llevar una vida llena de aventuras y, sobretodo, a ejercer una gloriosa carrera militar a pesar de que su país estuviera en paz con sus vecinos, el Infante se enfrentó al rey negándose a doblegarse ante su deseo de convertirle en un príncipe de la Iglesia. La tensa audiencia pública entre el monarca y su hermano se saldó con un bofetón real ante toda la corte al perder el rey su sangre fría. Tras la deplorable desavenencia, el humillado, encolerizado e indignado infante se dio a la fuga contando 18 años de edad.

Acompañado por tres personas que formaban su restringida comitiva, se distinguían entre ellos a un hijo del Conde de Tarouca, Manuel Teles da Silva, de su misma edad, y a dos jóvenes criados más un repostero y otro de servicio general, el Infante Manuel se daba a la fuga con un puñado de joyas, 20 mil cruzados de plata y un pagaré del mismo valor (firmado por el comerciante Manuel de Castro Guimaraes con orden de cobro en Londres) en los bolsillos, embarcó secretamente a bordo de un barco británico destino a los Países-Bajos, el 5 de noviembre de aquel año de 1715.

Tras de si dejaba una extensa carta al rey Juan V, en la que justificaba su partida para atender el ofrecimiento de Viena a luchar contra los Turcos.

Una vez desembarcado en Amsterdam (14 de noviembre de 1715), donde fue recibido por el embajador Luis da Cunha, llevó una vida alegre y disipada que provocó las quejas del viejo diplomático: "Incesantes fiestas, carreras de trineos y bailes en las que danzaba hasta las 7 de la mañana me dejaban medio muerto, al tener que asistir..."; de Amsterdam pasó a La Haya donde el jolgorio siguió a lo largo de 3 meses más. Recibió allí la orden de su hermano de volver inmediatamente a Portugal. Desafiante, rehusó doblegarse y viajó a París, donde fue bien acogido por el Conde da Ribeira Grande y agasajado por la corte francesa. Una nueva orden de regreso por parte de Lisboa le empujó a huir de nuevo. De Francia pasó a Alemania y ofreció sus servicios al Príncipe Eugenio de Saboya-Carignano, primer ministro de Austria, para luchar contra los Turcos en Hungría. Aceptada su oferta por Viena, se le encontró 4 días después guerreando en la batalla de Petrovaradin, donde sufrió una herida sin importancia pero en la que se cubrió de gloria. Poco después, participó activamente en el asedio y captura de Timisoara.

En 1717, convertido en un oficial del Ejército Austríaco, siguió sirviendo bajo las órdenes del Príncipe Eugenio y participó en la conquista de Belgrado. Tras el Tratado de Passarowitz, que ponía un término a la guerra austro-turca (1718), fue agraciado con el rango de mariscal-de-campo de los Ejércitos Imperiales y obtuvo el mando de un regimiento de acorazados con una renta de 50 mil cruzados. Sin ocupación ni destino, el Infante Manuel se dedicó a viajar por todas las cortes europeas, viviendo una vida de placeres y frivolidades que hicieron correr ríos de tinta entre los escritores contemporáneos.

En 1728, se convirtió en uno de los candidatos barajados para obtener la mano de la rica Maria Zofia Sieniawska (1698-1771)*, gracias al respaldo de Viena, en un intento de conseguir una sólida posición en Polonia antes de la celebración de la elección de un nuevo monarca polaco. De sobras conocido en las cortes de Viena y de San Petersburgo, fue propuesto como el nuevo Rey de Polonia durante un breve tiempo en el curso del año 1733, y durante la Guerra de Sucesión Polaca. El fracaso de su candidatura polaca le desilusionó y le llevó a regresar a Portugal el 21 de octubre de 1734, al no tener los medios suficientes para seguir viviendo lejos de su país natal y sin el sustento de una pensión.

Regresado a la corte lisboeta, su hermano Juan V le asignó a residencia en el Palacio de los antiguos Señores de Belas (La Quinta de Belas, Sintra, propiedad del Conde de Pombeiro), bajo la estrecha vigilancia de su guardia, concediéndole también el título de Conde de Ourém y una pensión, amén del pago de sus deudas pero vetándole el acceso a la corte. Instalado en su nueva residencia, pasó sus 32 ultimos años como un mecenas sin grandes medios económicos pero rodeado de una animada corte de escritores y artistas.

Murió soltero el día de su 69º cumpleaños y fue sepultado con honores en el Panteón Real del Monasterio de Sao Vicente de Fora, de Lisboa.