LAGE
DE VOLUDE_Marquesa de / Marquise de_Stéphanie Béatrix Etiennette de Fuchsamberg
d’Amblimont, Marquesa de Lage de Volude (París, 17-04-1764 / Baden-Baden,
Alemania, 07-12-1842). Fue una cortesana y dama de honor de la Princesa de
Lamballe.
Hija
de Claude Marguerite François Renart de Fuchsamberg, 3er. Marqués y Conde d’Amblimont (1736-1797), Señor
de Saint-Fort, Le Bouquet y otros lares, teniente de la Marina Real y caballero
de la Orden de Nuestra Señora del Monte-Carmelo y de San Lázaro de Jerusalén, y
de la dama Marie-Anne de Chaumont-Quitry. Su bautizo, celebrado en la parisina
iglesia de Saint-Eustache el 19 de abril de 1764, fue acorde con su alta cuna:
el Duque de Choiseul y su hermana la Duquesa de Gramont la sostuvieron sobre la
pila bautismal.
Pasa
su despreocupada infancia entre París y el castillo de Saint-Fort-sur-Gironde.
Por espacio de 4 años, estuvo a cargo de su tío, el Conde de Quitry, quien
cuidó su educación.
En
1779, la joven celebra su décimo sexto cumpleaños, momento en el que su familia
ya baraja buscarle el marido adecuado. Su padrino, el Duque de Choiseul, que
contaba con importantes amistades (entre ellas la Reina María-Antonieta y el
Duque de Penthièvre), se había encargado de hablar de su ahijada a la Reina y,
como primer favor, la Señorita d’Amblimont se ve agraciada por el Rey con el
usufructo del apartamento de su madre en el Arsenal de París que, en caso de renunciar
a él, iba a ser atribuido al Conde de Artois, hermano menor de Luis XVI.
Por
la misma época, la joven damisela fue presentada al Duque de Penthièvre y a su
nuera, la Princesa de Lamballe. Gustó a la princesa quien, encantada por su
gracia y su vivacidad, la “adoptó” como su protegida. De hecho, se convirtió prontamente en una
compañía indispensable para la princesa. La formó a su gusto y le proporcionó
una educación mucho más amplia, como la que ella había recibido. Compañera
inseparable de Madame de Lamballe, la señorita d’Amblimont la sigue en todos
sus viajes y desplazamientos a los castillos del Duque de Penthièvre: Eu, Vernon,
Sceaux, Crécy, Anet, Rambouillet…
La
Princesa de Lamballe, como protectora de la señorita d’Amblimont, pensó
entonces en buscarle al pretendiente ideal. Los candidatos no se hicieron
esperar y, entre todos ellos, sobresalió un joven que había abrazado la carrera
de marino, rico, de buena familia, amable y con buen físico: Joseph Paul Jean, Conde de Lage de Volude (1763-1799).
El
contrato matrimonial fue entonces establecido con el permiso del Rey, de la
Reina, de Monsieur, del Conde de Artois, de Madame Elisabeth, de las princesas
Adelaida, Luisa y Sofía de Francia, del Duque de Penthièvre y de la Princesa de
Lamballe, y firmado en Versailles el 13 de enero de 1782. Tres días después se
celebraba la ceremonia en la capilla del Palacio de la Guerra, ante el obispo
de Saintes, Monseñor de La Rochefoucauld-Bayers, y con una lista de invitados
ilustres: entre ellos estaban su tío el Conde de Quitry, sus primos el Marqués
de Castellane y el Conde de Moriolles. El novio tan solo computaba 19 años
(nacido en 1763), teniendo por padrinos a su abuelo el Conde de Kergariou, y a
su prima-hermana la Señorita de Guébriant, futura Marquesa de Las Cases y dama
de honor de la Princesa de Lamballe. La flamante pareja fue entonces instalada
en el apartamento del Arsenal para su luna de miel, mientras se estaba
adecentando su futura residencia, el Hôtel de Toulouse. Acuden a todos los
bailes, espectáculos, cenas y paseos, formando parte de todas las fiestas de
alto copete, tanto en Versailles como en París,… Y seguirán así hasta que
truene la Revolución.
Del
matrimonio nacerían 3 hijas:
-Marie Louise Stéphanie Béatrix Nathalie
de Lage de Volude, c.c. (1802) Coronel Thomas Sumter Jr., diplomático y militar de EE.UU. => con descendencia
-Anne Joséphine Françoise Stéphanie de
Lage de Volude, c.c. (1809) Louis-François, Conde d’Isle de Beauchesne. => con descendencia
-Jeanne Henriette Calixte Stéphanie de
Lage de Volude (1790-1800 )
Durante
la tormenta revolucionaria se impuso el exilio. El régimen de terror que conllevó masacres, saqueos, confiscaciones, asesinatos y ejecuciones expeditivas sin apelación, empujó a todos aquellos que habían optado a quedarse en Francia después del 14 de julio de 1789, a temer realmente por sus vidas. Luis XVI había pasado ha ser "Rey de los Franceses" tras jurar la Iª Constitución de 1791, y su pérdida de poder dejaba sin protección al clero y a la nobleza. Versailles ha dejado de ser la sede del gobierno y de la corte, y el palacio de Las Tulerías se ha convertido en la cárcel de la familia real. Pronto, un derrocado Luis XVI y su familia son encarcelados en peores condiciones en el Temple. Las cárceles se llenan de aristócratas y contrarrevolucionarios arbitrariamente denunciados, de las que salen para ser masacrados o para conducirles ante la guillotina. La gran amiga y antigua protectora de la Marquesa de Lage de Volude, la Princesa de Lamballe, es incluso bestialmente linchada en plena calle, su cadáver desnudado, su cabeza cercenada para pasearla sobre una pica y presentarla a la ex reina para que "bese a su amada amiga" el 3 de setiembre de 1792. El horror inunda París y recorre las provincias. Castillos, iglesias y conventos son saqueados e incendiados, sus ocupantes masacrados. Ya nadie está seguro en ninguna parte bajo el régimen del Terror impuesto por Robespierre.
La Marquesa de Lage de
Volude opta entonces por emprender la ruta del exilio e instalarse en España entre 1794 y 1800, lo que no le impedirá
hacer un par de viajes a Suiza y a Inglaterra. Entre mayo y junio de 1796, se
encontró residiendo temporalmente en Edimburgo. Mientras, su padre y su marido
se enrolan en la Armada Española y se ponen al servicio del rey Carlos IV.
El
14 de febrero de 1797, la Armada Española, bajo las ordenes de Don José de
Córdoba, se encuentra frente a frente con la flota británica del almirante
Jervis, ante el cabo de San Vicente. El Marqués de Amblimont, padre de la
marquesa, se encuentra al mando de un navío de tres puentes con 110 cañones.
Del lado español, el enfrentamiento toma un mal giro. La batalla está, de
antemano, perdida. Sin embargo, el impetuoso D’Amblimont no se amedrenta y se
lanza en medio de las filas enemigas y consigue salvar a su gente pero a un
precio muy alto: una bola de cañón le siega el cuerpo por la mitad. Su
sacrificio suscita la admiración entre los marinos españoles, guardando de él
un glorioso recuerdo: “dejando en la marina
española la memoria de un pundonoroso jefe y de un soldado bizarro, recuerdo
que siempre se menciona en los anales de nuestra armada, con orgullo y honra.”
Cuatro
años antes, su cuñado Jean-Henri, Vizconde de Volude, había caído bajo las balas francesas en
Quiberon, junto con su tío el Conde de Kergariou.
Los
duelos se sucedieron en esos tiempos tan convulsos. Después del suegro, vino la
muerte del cuñado, del padre y finalmente del marido en actos de guerra. Poco
después es la hija pequeña la que fallece el 12 de abril de 1800, en Madrid,
con apenas 10 años de edad.
El
14 de setiembre de 1800, la Marquesa de Lage de Volude regresa a Francia,
después de siete años de ausencia. Tuvo al menos la alegría de poder
reencontrarse con su madre, la Marquesa Vda. d’Amblimont, quien se había visto echada
de su castillo de Saint-Fort, confiscado por la nación y vendido, obligándola a
buscar alojamiento en la ciudad de Saintes, dónde se habían reunido la mayoría
de sus parientes y amigos, recién salidos de las cárceles o regresados del
exilio.
Con
su regreso a Francia, la marquesa había llevado a cabo gestiones para obtener
su eliminación de las listas de los emigrados. El 1 de julio de 1801, los
jueces la autorizaban a entrar nuevamente en posesión de los bienes que no se
habían incautado como bienes nacionales y vendidos. ¿Qué quedaba de la fortuna de su padre
y de su difunto marido? La República había alienado los bienes del Marqués d’Amblimont por valor de 526.555 francos, y los del Marqués de Lage de Volude
por 1.009.748 francos. Afortunadamente, las autoridades pasaron por alto dos
casas situadas en Rochefort: el palacete d’Amblimont, convertido en la sede de
la alcaldía, y el palacete de la marquesa ubicado en el puerto. El 29 de
noviembre de 1801, la marquesa vendió el palacete de su padre al ciudadano
Philippe Augier, empresario y subprefecto del lugar, y conservó la casa de su
madre para darla como dote de una de sus hijas. Buscó también recuperar los
bienes perdidos, confiscados y subastados, implicándose en varios procesos judiciales
que no llegaron a buen puerto. Menos suerte tuvo en su intento de recuperar el
apartamento de su madre en el Arsenal de París. El gobierno se había hecho con
él y lo había afectado a la Biblioteca Nacional.
El
20 de marzo de 1802, la primogénita de la marquesa, Nathalie, regresada de
América, casaba con el coronel Thomas Sumter Jr., representante de los
Estados-Unidos, hijo del general del mismo nombre, miembro del congreso y uno
de los más ilustres compañeros de armas de George Washington.
En
marzo de 1809, es la segunda hija quien casa con el Conde d’Isle de Beauchesne
(o Beauchaîne), hijo del Marqués d’Isle, antiguo teniente-coronel del
regimiento Noailles-Dragones, y de una Du Breuil de Théon, dos nombres de
antiguo abolengo de Saintes.
La
Condesa Vda. d’Amblimont murió el 4 de mayo de 1812. Empieza entonces la fiebre de
los viajes para la marquesa: Burdeos, Agen, Toulouse, Montpellier, Nimes,
París, Versailles, Rambouillet, Citran, Clisson, La Bretesche, Esclimont,
Dampierre,… No puede estar quieta en un mismo sitio y visita incansablemente a
sus viejas amistades para compartir recuerdos y penas.
En
1825, enferma durante su estancia en Rambouillet, la marquesa escribe su
testamento de su propia pluma. Pero la muerte se hace esperar. Es durante su estancia
en el gran ducado de Baden (Alemania Occidental, actual land Baden-Württemberg), cuando fallece tranquilamente a la edad
de 78 años, el 7 de diciembre de 1842. Había ido allí para hacer una cura
termal.
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