viernes, 25 de enero de 2013

LA XXª VIZCONDESA DE ROHAN






ROHAN_XXª Vizcondesa de / XXeme Vicomtesse de_Catherine de Parthenay-Larchevêque, Condesa de Porhoët, XXª Vizcondesa de Rohan, Princesa de Léon, Dama de Pontivy, de Blain, de Ploërmel, de Mouchamps y de Soubise (Parc-Mouchamps, Vendée, 22-03-1554 / Parc-Mouchamps, Vendée, 26-10-1631).

Nuestra dama, contemporánea de Catalina de Médicis, de Elizabeth I de Inglaterra y de la Duquesa de Montpensier, por citar a tres mujeres sobresalientes, pertenecía a la poderosísima familia protestante de los Parthenay-Larchevêque, viejos señores feudales en la región del Poitou. Es, además, la gran heredera de su linaje y de su gran fortuna en tierras y cuantiosos bienes inmobiliarios. Sus padres eran Jean V de Parthenay-Larchevêque (1512-1566), Señor de Mouchamps y de Soubise, y Antoinette Bouchard d'Aubeterre (1535-1580).

Nació el 22 de marzo de 1554, en el castillo de Parc-Mouchamps, heredera de una saga femenina del Renacimiento que aliaban la erudición a la fe: su madre Antoinette d'Aubeterre, y su abuela paterna Michelle de Saubonne.

Su educación esmerada, más de lo que se permite a la mujer en estos aciagos tiempos de la Guerra Civil Francesa, sobresale sobre todo por su gran interés en la literatura, la astrología, la astronomía y las matemáticas. Tanto es así que, con tan solo 11 años, su madre le da por profesor a François Viète, uno de los mayores matemáticos de su época. De aquella relación entre profesor y alumna aplicada, surgiría una gran amistad que duraría toda la vida, convirtiéndole más adelante en su inseparable consejero. Viète le dedicaría en 1591 su célebre In Artem Analyticem Isagoge (Introducción al Arte Analítico), que establecía el uso de anotaciones simbólicas en álgebra. Eminente criptólogo, éste enseñará a su aventajada alumna cómo redactar cartas cifradas y el manejo de las tintas invisibles.

Tras la muerte de su padre, Catherine, entonces conocida como "Mademoiselle de Soubise", se verá pretendida por tres hombres de importancia en el bando calvinista francés: el hijo del Almirante De Coligny, Henri de Pontivy -benjamín de la Casa de Rohan-, y el Barón Charles de Quellenec, más conocido como "Barón de Pont-L'Abbé". El primero de la lista será finalmente elegido y el compromiso anunciado cuando, repentinamente, el novio fallece de peste en 1567. Muerto el primer candidato, el segundo es deshechado por su calidad de benjamín y la elección recae en el tercero.

A sus 15 primaveras, es llevada ante el altar por Charles de Quellenec, Barón de Pont-L'Abbé (15 de junio de 1568), que a la postre sería asesinado la terrible Noche de San-Bartolomé al querer, en vano, proteger al Almirante De Coligny. Poco le faltó a la joven baronesa compartir su misma suerte.

Cabe, en cualquier caso, hacer hincapié en la mala relación existente entre los flamantes esposos. Poco después de la boda, la viuda Parthenay se hace eco (por boca de los criados) de la impotencia sexual del yerno y que éste no consigue honrarla adecuadamente. Aconsejada por Théodore de Bèze y por la Reina de Navarra, Juana III de Albret, recibirá la confirmación de que aquello constituye un serio motivo para pedir la disolución del matrimonio de Catherine.

En 1570, Charles de Quellenec cae prisionero en la batalla de Jarnac pero consigue evadirse y refugiarse en La Rochelle, poniéndose a las órdenes del vizconde René de Rohan. Seriamente herido en la mandíbula, regresará a las tierras de Mouchamps para descubrir que su esposa ha huído a La Rochelle para reunirse con su madre. Allí, Catherine de Parthenay confirmará a su progenitora la supuesta impotencia del marido, lo que llevara a Charles de Quellenec a jurar ante la Reina de Navarra que los rumores sobre su "problema" no son más que calumnias. Sin embargo, y pese a su vehemente desmentido, persistirá la creencia de que el barón miente.

Poco tiempo después, éste rapta a su esposa y la encierra en uno de sus castillos de Bretaña. Antes de su rapto, Catherine tuvo el tiempo suficiente para dejar una carta a su madre anunciando que, a partir de ese mismo momento, ya no debían acordar crédito alguno a lo que pudiera escribir posteriormente.

Retenida prisionera, escribe y recibe visita de su tía Madame de La Rochechallas, a quien consigue entregar en secreto una carta cifrada dirigida a su madre. Solo la astucia y el dominio de las lenguas latina y griega (idiomas que su marido desconoce) le permiten corresponder con su madre y su antiguo profesor, utilizando tinta simpática (con zumo de naranja o limón) para redactar sus mensajes.

En diciembre de 1570, Antoinette d'Aubeterre decide llevar el caso ante la Corte de Francia y, con la ayuda de la reina Catalina de Médicis y el Duque d'Anjou, inicia un proceso judicial contra su yerno. En febrero de 1571, retenida en el castillo de Rostreven, Catherine obtiene del sínodo reunido en La Rochelle, el reconocimiento de su situación de "falsa esposa", ya que el matrimonio nunca fue consumado. Gracias a una treta del Mariscal de La Vieuville, que actúa por mandamiento del Almirante Gaspard II de Coligny, se consigue que el Barón de Quellenec deje libre a Catherine y permita que vuelva a reunirse con su madre en La Rochelle. Desde ese momento, se ponen de lado de Catherine la reina Juana III d'Albret, su hijo Enrique III de Borbón, Príncipe de Viana, y el Almirante de Coligny.

La causa será nuevamente presentada y discutida en el gran consejo del martes 11 de septiembre 1571, en presencia del rey Carlos IX. El caso es nuevamente enviado a un consejo de médicos y, de nuevo, a los jueces que lo instruyen.

Presente en París para el matrimonio de la princesa Margarita de Francia con el rey Enrique III de Navarra, el Barón de Quellenec morirá asesinado en el patio del Palacio del Louvre, la famosa Noche de la San-Bartolomé. Según un escrito protestante, tras haberse defendido con valentía de sus asesinos, su cadáver fue arrastrado y desnudado para ser expuesto bajo las ventanas de palacio, desde las cuales las damas de la corte quisieron verificar las causas del ensañamiento de la Viuda de Soubise contra su yerno.

Catherine de Parthenay y su madre deberán su salvación a la intervención providencial de algunos nobles cercanos al rey Carlos IX; su alojamiento será presa de la rapiña y el pillaje pero salvan los muebles. Los Señores de La Môle, de Surgères e incluso el Duque de Bouillon pedirán la mano de la joven viuda mientras la Viuda de Soubise concibe el proyecto de abandonar Francia. Finalmente, madre e hija vuelven a La Rochelle.

Viuda a sus 18, Catherine es un buen partido y pasa por ser una de las mujeres más inteligentes de su tiempo. Cortejada por René II, benjamín de la nobilísima familia de Rohan, ésta rechaza concederle su mano hasta que se convierta en vizconde de Rohan y herede de la fortuna familiar a la muerte de su hermano mayor (1574).

Cuando René II de Rohan, entonces conocido como el Señor de Pontivy, pierde a sus dos hermanos mayores, se convierte en el nuevo jefe de su casa y hereda el castillo familiar de Blain. Habiendo cambiado la situación, Catherine de Parthenay da por fin su mano al flamante vizconde y se casan en la más estricta intimidad, sin fiestas ni fastos en 1575, rodeados de amigos.

La primera hija nacería en 1577, con tales deformidades que la apodarían "La Jorobada":

-Henriette de Rohan (1577-1624)

-Henri II de Rohan-Gié, 1er Duque de Rohan (1579-1638)

-Catherine de Rohan (1580-1607)

-René de Rohan (+1581)

-N. de Rohan (+1582)

-Benjamin de Rohan, Duque de Soubise (1583-1642)

-Anne de Rohan (1584-1646)

Finalmente convertida en vizcondesa de Rohan, Catherine se ocupará principalmente en rehabilitar y hacer habitables las principales residencias de los Rohan en Bretaña, como los castillos de Blain, Josselin y Pontivy. En esos mismos señoríos, se dedicó a implantar varias iglesias protestantes.

Al reanudarse las luchas armadas entre hugonotes y católicos, su marido volvería al frente de sus tropas al lado del rey Enrique III de Navarra, mientras Catherine tomaba la precaución de refugiarse en La Rochelle (plaza fuerte protestante) con sus hijos. Desgraciadamente, su marido fallecería en el campo de batalla con tan solo 36 años de edad.

Viuda por segunda vez en 1586, consagraría su vida a educar a sus cinco hijos y a sostener el protestantismo bretón. En sus residencias de Parc-Soubise, parroquia de Mouchamps en la Vendée (Bajo Poitou), y de Blain, la Vizcondesa Vda. de Rohan se convierte en el alma de una intensa actividad política, cultural y religiosa. Viète el matemático, su gran amigo y consejero, la compara al hada Melusina, señalando su actitud solícita con él cada vez que se enteraba de sus penas y desgracias. Amaba escribir y demostraba sus aptitudes en poesía y tragedias.

Acérrima hugonote, será ella quien se encargue, con elocuente pasión, de encender la rebelión protestante y mantener la moral alta de los defensores de La Rochelle, ante el asedio y bloqueo de las tropas reales mandadas por el Cardenal de Richelieu.

Pero, tras la rendición de los habitantes de la plaza fuerte sitiada y hambrienta (1628), Richelieu mandará detenerla y encarcelarla en el lúgubre castillo de Niort por ser la principal instigadora de la heróica resistencia de La Rochelle desde 1627.

Como castigo a su desafiante actitud ante la autoridad real, sus castillos-fortalezas de Blain y de Josselin serían desmantelados, mientras ella soportaba con dignidad las consecuencias de su revuelta entre las húmedas paredes de la cárcel de Niort.

Perdonada por Luis XIII, tras un tiempo de detención, obtendría el permiso para volver a su residencia de Parc-Soubise para pasar allí sus últimos años de vejez, aureolada por su fama de mujer de acción en el bando protestante y sirviendo de ejemplo a sus hijos por sus convicciones y su gran valentía.

Fallecería en el año de 1631, a sus 77 años.

Su última voluntad fue que su cuerpo recibiera sepultura al lado de su difunto marido René II de Rohan, en la capilla del castillo de Blain.




Su primogénito, el aguerrido Henri II de Rohan, primer duque de Rohan y Par de Francia, se había convertido en el jefe del partido hugonote sucediendo al Príncipe de Condé, a Coligny y a Enrique III de Navarra. Había contraído matrimonio con una hija del Duque de Sully, de la que tan solo obtuvo una heredera que sería casada, por orden del rey Luis XIII, a un noble católico.

También tuvo tres hijas: Henriette, Anne y Catherine, desposada ésta con el duque Juan de Baviera-Zweibrücken, y un último hijo varón, Benjamín, príncipe de Soubise, que sobresalió como uno de los jefes del bando protestante.

Fue Catherine de Rohan quien, en su día, respondió altivamente a un rey encaprichado de su belleza (Enrique IV):

"Sire, soy demasiado pobre para ser vuestra mujer, pero de demasiado buen linaje para ser vuestra amante!"

Nota:

La noble familia de Parthenay-Larchevêque, señores feudales de Parthenay, adoptaron el apellido compuesto a partir del año 1140, en recuerdo a Joscelin II de Parthenay, arzobispo de Burdeos en el siglo XI. En cuanto a sus armas, fueron éstas directamente tomadas de la Casa de Lusignan (fajadas de plata y de azur) ya en el siglo XI y tras el matrimonio de Simón I de Parthenay con Melisenta de Lusignan, hija de Hugo V de Lusignan, o puede que en el curso de la boda de Hugo II de Parthenay con Valencia de Lusignan en 1247 (siglo XIII). Por único distintivo, añadieron la banda de gules que cruza el escudo.




En cuanto al linaje de los Parthenay, éste remonta con toda fiabilidad hasta Joscelin I de Parthenay, cuyo deceso es citado en un documento del año 1012.

La familia perdería su feudo ancestral con Jean II de Parthenay-Larchevêque, XVIIº Señor de Parthenay (muerto en 1427), quien ve confiscados sus feudos por felonía y, aunque recuperaría temporalmente sus bienes en 1419, sería para venderlos finalmente al Delfín Carlos de Francia al carecer de descendencia de su matrimonio con Brunisenda de Périgord.



A partir de ese momento, el señorío pasaría a manos de Arturo de Richemont, futuro duque de Bretaña y condestable de Francia en 1427. Y, de éste al Bastardo Juan de Orléans, conde de Dunois y a sus descendientes, extinguiéndose dicha rama principesca en 1641.

En los siglos XVII y XVIII, son los Duques de La Meilleraye (primos de los Richelieu), quienes se posesionan del señorío hasta el advenimiento de la Revolución Francesa.


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