domingo, 24 de marzo de 2013

LA Iª PRINCESA DE SOUBISE



SOUBISE_Iª Princesa de / 1ère Princesse de_Anne Julie de Rohan-Chabot, Dama y Iª Princesa de Soubise, Dama y IIIª Duquesa de Frontenay & Par de Francia suo jure, Condesa de Rochefort (Paris, 1648 / Hôtel de Soubise, Paris, 04-02-1709). Fue la fundadora, junto con su marido, de la rama principesca de Rohan-Soubise, y la que sugirió a éste la adquisición del antiguo palacio parisino de los Duques de Guisa, el Hôtel de Guise, que fue reformado y rebautizado como Hôtel de Soubise.

Nacida en 1648, Anne-Julie de Rohan-Chabot es hija de Henri de Chabot, Señor de Jarnac y d'Apremont, y de Marguerite, Duquesa de Rohan (heredera universal ésta de sus padres el duque Henri II de Rohan y de Marguerite de Béthune, hija ésta del célebre duque de Sully).

Los orígenes de nuestra protagonista son por lo menos ilustres: desciende, por su madre, del más antiguo linaje de Bretaña, los Rohan, vizcondes de Porhoët, cuya probada filiación remontaba hasta el año 1008 y entroncaba directamente con los antiguos reyes de Bretaña. Sus repetidos enlaces con la Casa Ducal de Bretaña terminarían en 1407, fecha de la última boda de los Rohan con los Montfort (dinastía ducal bretona). Vizcondes y luego condes de Porhoët, alcanzarían el rango ducal en 1603 con la erección de su vizcondado de Rohan, siendo el beneficiado el célebre general protestante y 21er vizconde Henri II de Rohan*, primer duque del nombre, Conde de Porhoët, Marqués de Blain y Príncipe de Léon (1579-1638). Mejor aún, el futuro generalísimo de los Ejércitos Protestantes, nieto de una princesa de Navarra (su abuela es Isabel de Albret, Princesa de Navarra y Vizcondesa de Porhoët, lo que le emparenta directamente con el rey Enrique IV de Francia), obtiene en 1604 la mano de una de las hijas de Maximilien de Béthune, 1er duque de Sully y ministro del rey Enrique IV, la anteriormente citada Marguerite de Béthune, sellando así las bases de su fortuna. Duque y Par de Francia, Enrique IV le otorga el cargo de coronel de la Guardia Suiza y de los Grisones (guardia personal del Rey); el resto de su biografía es propia de un gran caudillo militar cuya memoria sigue aún viva y presente en la Historia de Francia.

Pese a la gloria, al rango y a la fortuna adquiridas, Henri II de Rohan tan solo conservará de su esposa (protestante como él) una hija -de los 9 hijos nacidos- también llamada Marguerite (1617-1684) que, convertida en el mejor partido de Francia por entonces, verá desfilar un sinfín de pretendientes hasta que, en 1645, por inclinación más que por interés, concede su mano a un gentilhombre católico descendiente de los barones y condes de Jarnac, Henri de Chabot (1615-1655); el escándalo es mayúsculo: en el asunto, que adquiere pronto tintes de asunto de Estado, intervienen los Rohan, los protestantes, los católicos, la corte, el cardenal de Richelieu y hasta el rey Luis XIII en persona. La boda entre la gran heredera protestante y el caballero católico pudo finalmente llevarse a cabo con el beneplácito real, con la expresa condición de que los hijos nacidos de dicha unión fueran educados en la religión católica. Otra condición, esta vez impuesta por la novia en el contrato nupcial, especifica que todos los hijos nacidos del matrimonio llevarían el apellido compuesto de De Rohan-Chabot. El monarca dispone entonces que el novio asuma el título de duque de Rohan y las armas correspondientes, causando vivas protestas por parte de los demás miembros del clan Rohan; de este modo, y mediante cartas patentes firmadas por el rey, Henri de Chabot funda la Casa Ducal de Rohan-Chabot convirtiéndose en el 2º duque de Rohan y asumiendo los otros titulos hereditarios de su suegro: conde de Porhoët y de Lorges, príncipe de Léon, marqués de Blain y de La Garnache, barón de Mouchamps, señor de Héric y de Fresnay, primer barón de la nobleza y presidente-hereditario de los Estados de Bretaña. Aparte de todos los títulos nobiliarios rimbombantes, el flamante segundo duque de Rohan obtiene del rey el cargo de gobernador de Anjou. Fallece diez años más tarde (1655), después de haber flirteado peligrosamente con los rebeldes de la Fronda y conseguir que el rey le perdonara.


Anne-Julie de Rohan-Chabot crecerá pues huérfana de padre, como una joven virtuosa, comedida y tranquila que se ha beneficiado de una excelente educación proporcionada por su autoritaria madre; ésta la casa, sin consultarla claro está, en 1663 con un primo perteneciente a otra rama del poderoso clan Rohan. François de Rohan, Príncipe de Soubise, de doce años mayor que ella pero al cual dará nada menos que una decena de hijos:

-Anne-Marguerite de Rohan-Soubise (1664-1721)

-Louis de Rohan-Soubise (1666-1689)

-Constance-Emilie de Rohan-Soubise (1667-1684)

-Hercule-Mériadec de Rohan, IIº Príncipe de Soubise (1669-1749)

-Alexandre-Mériadec de Rohan-Soubise (1670-1687)

-Henri-Louis de Rohan-Soubise (1672-1693)

-Armand-Gaston Maximilien, Cardenal de Soubise (1674-1749)

-Emilie de Rohan-Soubise (1678-1694)

-Eléonore Marie-Anne de Rohan-Soubise (1679-1753)

-Maximilien Gaston Guy de Rohan-Soubise (1680-1706)

-Frédéric-Paul de Rohan-Soubise (n./m.1685)

En 1665, la joven princesa de Soubise es una hermosa mujercita de 17 años, pelirroja y de ojos almendrados que no deja indiferente a los hombres de la corte. El rey Luis XIV, aún bajo los encantos de la Duquesa de La Vallière, repara en ella y muestra abiertamente interés. Lejos de desear que su hija caiga en las redes del monarca y vea su reputación comprometida, la Duquesa de Rohan se la lleva lejos de la corte durante un tiempo. La madre deseaba fervientemente que la hija no tuviera más ojos que para su marido y se dedicase enteramente a sus hijos y a su casa.

Pese a todas las prevenciones maternas, la bella princesa de Soubise se dejó conquistar por el rey y el escándalo estalló públicamente en 1669, durante una estancia de la corte en Chambord y estando la interesada presente; se hizo público el rumor de que aquélla había compartido cama con el fogoso soberano, después de resistir a repetidos asaltos infructuosos.

Sin embargo, un nuevo astro subía en el firmamento cortesano, eclipsando a la princesa de Soubise: la bellísima e ingeniosa Marquesa de Montespan se convertía en la nueva favorita oficial del rey. Puestos a compararlas, la pelirroja princesa estaba en desventaja frente a la rubia beldad de la marquesa, no solo en el plano físico sino también en el carácter y forma de ser.

Anne se conformaría con llevar una apacible existencia, alternando sus compromisos en la corte con la vida conyugal y sus repetidos embarazos que iban sucediéndose de forma muy seguida.

Luis XIV volvió a reencontrarse con la princesa de Soubise en 1673. Muy a pesar de sus seis partos, ésta había conservado milagrosamente la figura y su lozanía gracias a un régimen autoimpuesto, según cuentan los rumores, que consistía en una alimentación sana y equilibrada de frutas, legumbres, verduras y carnes hervidas, amén del ejercicio físico y de mucho aire puro.

La princesa de Soubise solía entonces usar de un código visual y secreto para comunicarse con Luis XIV, para advertirle cuándo estaba su marido fuera de casa y se levantaba la veda: llevando un par de pendientes de esmeraldas en las orejas.

Pero a la larga, el Príncipe de Soubise se enteró del "comercio" existente entre su esposa y el soberano, y hasta vió con buenos ojos el particular interés de Luis XIV por su mujer, calculando los beneficios que podrían derivar de aquel adulterio casi clandestino. Complaciente y honrado por aquella real cornamenta, hizo todo lo posible para allanar el camino del rey hasta la alcoba de su mujer, acariciando incluso la idea de que ésta se quedara preñada y diera a luz a un bastardo real. El Príncipe ya fabulaba con las consecuencias de aquella preñez: favores, fortuna y elevación por encima de los demás cortesanos si Luis XIV se decidiese a convertirla en su favorita oficial.

En enero de 1674, Anne-Julie de Rohan-Chabot fue nombrada dama de palacio de la Reina Maria-Teresa, cargo nada desdeñable, y daba a luz el 26 de junio del mismo año a un hijo varón que fue inmediatamente reconocido por el Príncipe de Soubise como siendo suyo, aunque se supo que percibió, poco después, una gran cantidad de dinero; quizá para comprar su silencio y tapar una más que dudosa paternidad?

Mucho más tarde, su hijo Armand-Gaston de Rohan-Soubise, que llegó a ser cardenal, príncipe-obispo de Estrasburgo, miembro de la Academia Francesa y Gran Limosnero de Francia, resultó tener un sospechoso parecido físico con Luis XIV. ¿Coincidencia?

Según testigos y contadores de dimes y diretes cortesanos, el príncipe de Soubise supo sacar muy buena tajada de su cornamenta, chantajeando sibilinamente al rey para que éste comprara su silencio y evitar asi que la marquesa de Montespan se enterase del desliz y provocase un escándalo.

Los amoríos secretos entre Luis XIV y la princesa de Soubise se reanudaron en el curso de 1675, cuando el rey se vió momentáneamente forzado a separarse de la marquesa de Montespan tras recibir serias amenazas de excomunión por parte de la Iglesia. Sin embargo, el comportamiento interesado de la princesa, que en el fondo demostró ser una mujer calculadora y nada sentimental en sus devaneos amorosos, empezó a aburrir al rey. A esto se unió el regreso triunfal de la marquesa de Montespan al lado del rey en 1676, con lo que la princesa fue definitivamente arrinconada y descartada. Pese al contratiempo sufrido, Anne-Julie de Rohan-Chabot permaneció en la corte por su cargo y siguió representando un peligro potencial para la favorita real hasta el día en que sufrió la pérdida parcial de su dentadura a raíz de un alumbramiento. Por entonces, Luis XIV dejó de mirarla y pasó página.

Anne-Julie de Rohan-Chabot, Princesa de Soubise, fallecería en 1709 a la edad de 61 años. Según se deduce, no habría resistido al "gran invierno" que hizo estragos en Francia y en toda Europa durante aquel año.

Nunca se pudo probar que el cardenal-príncipe Armand-Gaston Maximilien de Rohan-Soubise fuera el hijo natural de Luis XIV. Quizás fuera ciertamente el hijo del Príncipe François de Rohan-Soubise, tal y como figura en su acta de nacimiento y de bautizo... Los rumores de entonces corrían como reguero de pólvora y se tenían por verdades susurradas.

 
El Hôtel de Soubise, palacio parisino de los Príncipes de Soubise, según un grabado de inicios del s.XVIII. / Abajo, una fotografía actual del palacio desde el patio de honor.
 
 


(*)_Nota: Henri II, 1er duque de Rohan (1579-1638) era hijo de René II, 20º Vizconde de Rohan y de Porhoët, Príncipe de Léon, y de Catherine de Parthenay-L'Archevêque, baronesa Vda. de Pont-L'Abbé, rica heredera protestante del Poitou; por su padre, era nieto de Isabel d'Albret, Princesa Real de Navarra, hija del rey Juan II d'Albret y de Catalina de Foix, reyes de Navarra, y de René I de Rohan, 18º Vizconde de Rohan, Príncipe de Léon (1512-1552), que tuvieron cinco retoños:

-Françoise de Rohan, desposada con Jaime de Saboya, duque de Nemours.

-Louis de Rohan, Señor de Gié.

-Henri I de Rohan, 19º Vizconde de Rohan.

-Jean de Rohan.

-René II de Rohan, 20º Vizconde de Rohan (sucesor de su hermano).

sábado, 23 de marzo de 2013

EL IVº PRÍNCIPE DE SOUBISE







SOUBISE_IVº Príncipe de / 4eme Prince de_Charles de Rohan, IVº Príncipe de Soubise, Príncipe de Maubuisson, d'Épinoy y del S.S.I.R.G., VIIº Duque de Ventadour y Par de Francia, IIº Duque de Rohan-Rohan y Par de Fr., Marqués de Roubaix y d'Annonay, Conde de Saint-Pol, de La Voulte, de Tournon, d'Albon y de Saint-Gérand-de-Vaux, Barón de Longuèze, Señor de Roberval y de Serrières, Condestable Hereditario de Flandes y Senescal de Henao/Hainaut, Primer Barón del Reino (Palacio de Versailles, 16-07-1715 / Hôtel de Soubise, París, 01-07-1787); fue un célebre cortesano, militar y ministro de Estado francés, gran amigo del rey Luis XV y de la Marquesa de Pompadour, que obtuvo el rango de Mariscal de Francia y que desempeñó un relevante papel en la Guerra de los Siete Años ostentando el mando del Ejército del Rhin. Se le conoce sobretodo por el nombre de Mariscal de Soubise.

Charles de Rohan, Príncipe de Soubise (1715-1787), duque de Rohan-Rohan y de Ventadour, par y mariscal de Francia en 1758, fue un militar y ministro de los reinados de Luis XV y Luis XVI de Francia. Último representante varón de su ilustre rama, fue también el bisabuelo del último príncipe de la Casa de Borbón-Condé, el duque de Enghien, asesinado por Napoleón Bonaparte en los fosos del castillo de Vincennes en 1804.

El célebre príncipe de Rohan-Soubise nació en Versailles el 16 de julio de 1715, siendo hijo de Jules François Louis de Rohan, 3er príncipe de Soubise, teniente-capitán de los Gendarmes de La Guardia del Rey, y de Anne-Julie Adélaïde de Melun d'Epinoy. Sus padres fallecerían juntos en París, víctimas de la viruela en 1724. Huérfano de padres con 9 años de edad, su educación es entonces confiada a su abuelo el príncipe Hercules-Mériadec de Rohan-Soubise, que vive en la corte. De este modo, introducido en el entorno del rey Luis XV (de su misma edad), se convierte en su compañero de juegos y en su más leal amigo hasta el fin de su vida.

Carrera militar y política

El Príncipe de Rohan-Soubise inaugura con prontitud una fulgurante y prometedora carrera: mosquetero gris a sus 17 años, capitán a sus 18, brigadier a sus 25, mariscal de campo a sus 28. Ayudante de campo e íntimo amigo del rey Luis XV, protegido además por la favorita regia, Madame de Pompadour, participa en la famosa batalla de Fontenoy en 1745 y es nombrado teniente-general en 1748, justo un año antes de heredar del señorío de Roberval, de Rhuis y de Saint-Germain.

En 1751, Luis XV le nombra gobernador general de Flandes y de Henao (Hainaut), además de gobernador, jefe y gran baílio de la ciudad de Lille. El mismo año dimitía de su cargo de gobernador de Champagne. Cuatro años después (1755), el rey le nombra ministro de Estado, dándole asiento en el Consejo de Arriba. De 1754 a 1756, será efectivamente un ministro con cartera: el rey le nombra controlador general de Finanzas (Ministerio de Hacienda).

En 1756, Austria provoca una nueva guerra contra Prusia, al pretender recuperar el ducado de Silesia que había perdido a manos de Federico II de Prusia. El Príncipe de Rohan-Soubise es enviado por Luis XV para dar su ayuda a Austria, encabezando un ejército. Sin embargo, y gracias a los errores y titubeos de su homónimo alemán el Príncipe de Sajonia-Hildeburghausen, es derrotado en la batalla de Rossbach en 1757. Soubise pierde el control de sus tropas y la descoordinación provoca la esperada catástrofe. La noticia de este desastre militar dará la ocasión, en Francia, a la opinión pública de mofarse abiertamente del protegido de la Marquesa de Pompadour (y de ésta, a través de Soubise), a través de pamfletos y canciones insultantes que serían recopiladas bajo el título de "La Soubisade".

Pese a todo, Soubise conseguirá resarcirse y saborear la revancha en 1758, venciendo en Sondershausen y en Lutzelberg. Ambas victorias, que jamás borrarán su derrota de Rossbach muy a su pesar, le valdrán el reconocimiento del rey quien le concede el mariscalato. En 1761, Soubise está al mando del Ejército del Rhin, formado por 110.000 hombres. Derrota al duque de Brünswick en Johannisberg en 1762. La Guerra de los Siete Años concluiría por el Tratado de Hubertsburg, firmado entre Francia, Austria y los príncipes alemanes, cediendo definitivamente Silesia a Prusia. Tras ese conflicto, el Príncipe de Soubise se mantiene en el candelero de la corte y su posición se ve reforzada por la protección de la nueva favorita real, la Condesa du Barry. En aquel momento, no existe personaje más importante e influyente en Versailles: se beneficia de todos los favores sin pedirlos.

En mayo de 1774, cuando fallece su gran amigo y protector el rey Luis XV, será el único en seguir a pie su ataúd, cabeza descubierta y bajo la lluvia. Un gesto que le honrará para siempre y sorprenderá a sus contemporáneos.

Con el nuevo monarca, Luis XVI, el Príncipe de Soubise se ve confirmado en su puesto de ministro de Estado, muy a pesar de sus relaciones con la difunta Marquesa de Pompadour y de la ex-favorita exiliada Condesa du Barry. Sin embargo, empiezan los reveses para él de una manera indirecta: primero con el escándalo de la bancarrota de su yerno, el Príncipe de Rohan-Guéméné, y luego con otro de peores proporciones y consecuencias, el Asunto del Collar de la Reina, que hunde a su otro pariente el Cardenal-Príncipe de Rohan en el descrédito. Salpicado indirectamente por esos dos sucesivos escándalos, el Príncipe de Soubise se retira del escenario público y dimite de su cargo ministerial. Muere tres años más tarde en su magnífico palacio parisiense, el 1 de julio de 1787, golpeado por una apoplejía a la edad de 72 años. De sus tres sucesivos matrimonios tan solo obtuvo dos hijas, significando la extinción de la rama de los Rohan-Soubise con su desaparición.

Personalidad

El príncipe fue un hombre de gran valentía a lo largo de su carrera militar, pese a no tener el necesario genio de estratega; fue bravo, infatigable y puntilloso en cuestiones disciplinarias, además de ser muy humanitario con sus soldados. Pese a sus grandes cualidades, a sus virtudes, la opinión pública no le perdonó la derrota de Rossbach en 1757, y fue su cruz hasta el fin de sus días aunque posteriormente consiguiera dos victorias sucesivas sobre el enemigo prusiano.

En su vida privada, tuvo una vida sentimental bastante movidita. Cuando en 1734 se casa por primera vez, la novia tiene tan solo 12 años de edad (y él 19); la pierde cinco años más tarde y se vuelve a casar en 1741, con una princesa de 24 primaveras, teniendo él 26. Cuatro años después enviuda al fallecer ésta en el parto. En 1745 contrae por tercera vez matrimonio con una linajuda princesa alemana: Ana-Victoria-Maria-Cristina, Princesa de Hessen-Rheinfelds-Rothenburg. Como su esposo, ésta tiene una vida agitada: es arrestada en 1757, por orden del rey, cuando intentaba fugarse con 900.000 libras en diamantes y joyas para reunirse con su amante. Soubise, tremendamente disgustado por el escándalo, la devuelve a su familia con una asignación anual de 24.000 libras y la separación de cuerpos (divorcio).

Gran seductor de mujeres y jovencitas, el príncipe no fue un marido modélico y muy fiel a sus tres esposas sucesivas. Mantuvo a la señorita Guimard en el lujo más elegante e increíble, y se echó otra amante de 15 años cuando él ya era un setentón en ciernes.

Libertino pero gran bibliófilo, representó perfectamente el espíritu del Siglo Ilustrado, como lo prueba su correspondencia con Voltaire. Melómano y organizador de conciertos en su palacio de París, es él quien ordenó instalar el primer quiosco de música en Francia (inventado por Lord Ranelagh en Inglaterra), en los jardines del castillo real de La Muette, del cual era gobernador.

En cuanto a sus aficiones culinarias, a él se debe la "salsa Soubise", en una época en que era elegante y bien visto ser un chef amateur con inventiva. El gastrónomo Soubise se hizo célebre con su salsa a base de cebollas que acompañaban sus viandas, huevos duros y verduras.

Contrajo matrimonio por tres veces, de los que solo nacieron 2 hijas:

1-La Princesa Anne-Marie-Louise de La Tour d'Auvergne (1722-1741); madre de:

Charlotte de Rohan, Princesa de Condé.

2-La Princesa Anne-Thérèse de Saboya-Carignano (1717-1745); madre de:

Victoire de Rohan, Princesa de Rohan-Guéméné.

3-La Princesa Anna Viktoria Marie-Christine von Hessen-Rheinfels-Rothenburg (1728-1792).





martes, 19 de marzo de 2013

EL Ier CONDE ADLERCREUTZ




ADLERCREUTZ_Ier Conde / 1. Greve_Carl Johan Adlercreutz, Barón Adlercreutz y 1er Conde Adlercreutz de Borga en Finlandia (Finca de Kiala, Perna, Nyland, Finlandia, 27-04-1757 / 21-08-1815) Fue un general sueco y uno de los hombres de 1809, que sirvió en las guerras de Rusia, Finlandia y Napoleónicas, agraciado con la Orden de los Serafines, la Orden de la Espada y la de San Jorge, y elevado al rango de conde. Era hijo del Barón Thomas Adlercreutz, corneta en el Ejército Sueco, y de Hedvig Katarina Bartels.

Carl Johan Adlercreutz, es un barón finlandés nativo de Borgä (Finlandia), nacido en las posesiones de su familia en 1757. A sus 13 años de edad ingresa en el ejército, obteniendo un puesto en la Brigada de Caballería Finlandesa, donde tiene lugar la primera fase de su formación militar. En 1771 se encuentra en Estocolmo cuando el rey Gustavo III de Suecia da su famoso golpe de Estado, con el apoyo de Francia, sacudiéndose así de la tutela del partido de los "Sombreros" (partido de la aristocracia) que relegaba desde hacía décadas la monarquía a un papel meramente figurativo-representativo, sometida a la oligarquía aristocrática dominada por el canciller Frederik-Axel de Fersen.

En la misma época, Adlercreutz ingresa en la Escuela Militar de Estocolmo, para perfeccionar sus estudios militares. Poco después, en 1777, se une a la Brigada Savolax, para formarse en ese cuerpo dedicado a preparar la defensa de las fronteras de Finlandia de un posible ataque ruso, al estallar un conflicto diplomático con Catalina II de Rusia.

Sirve con bravura y distinción en la guerra ruso-sueca de 1788-1790, entrando en acción por vez primera. Su bautizo de fuego no puede ser más brillante: se distingue como el mejor oficial de su promoción. En 1791, Gustavo III le premia ascendiéndole a mayor, y en 1792 le nombra comandante de escuadrón.

Durante el motín de Anjala (conspiración de oficiales finlandeses que persiguen la independencia de Finlandia y la paz con Rusia), Adlercreutz renueva su juramento de fidelidad y adhesión al rey y toma parte en los consejos de guerra contra los oficiales amotinados después de la guerra. Suecia había finalmente triunfado de su enemigo con la victoria naval de Svensksund (1790), donde la flota sueca había aniquilado y dispersado la flota rusa.

En 1790, Adlercreutz recibe el mando del Cuerpo de Dragones de Nyland, del cual será comandante hasta 1804. En esa época se casa por dos veces, teniendo hijos de sus dos sucesivas esposas. En 1792, Gustavo III es asesinado, víctima de una conspiración nobiliaria. El hijo de éste, Gustavo IV Adolfo sube al trono siendo menor de edad, asumiendo la regencia su tío Carlos, duque de Södermanland.

En 1804, el rey Gustavo IV Adolfo le concede el honor de tener un regimiento propio bautizado con su nombre (Regimiento Adlercreutz), y del cual sería comandante, aunque no tomaría el mando efectivo hasta la próxima guerra ruso-sueca.

En las primeras fases de la IIª guerra ruso-sueca de 1808-1809, Adlercreutz es nombrado comandante de la 2ª Brigada del Ejército Sueco, y asume el cargo de comandante segundo bajo las ordenes del conde Mauritz Klingsporr. El 18 de abril de 1808, Adlercreutz cambia el curso de la batalla de Siikajoki, en la cual iba perdiendo el ejército de Klingsporr frente a los rusos de Kamensky, tomando las riendas de las tropas en desbandada a pesar de las objeciones de Klingsporr, y lanzando el último ataque contra los rusos, que acabará en una brillante victoria sueca, para luego llevar personalmente el mando de la retirada en orden del ejército sueco. El 24 de junio, repite la hazaña en el asedio de Nykarleby, desalojando por sorpresa a los asediantes rusos y liberando la plaza. Los rusos, sorprendidos, se dispersan en medio de un pánico generalizado.

Su tercera victoria la consigue en el asedio de Lappo, el 14 de julio de 1808, liberando la plaza y expulsando a los rusos asediantes nuevamente. A la victoria de Lappo sucede la de Alavo, pero sufre un revés en Oravais el 14 de septiembre de 1808 frente al enemigo, que no le impide asegurar la liberación de Finlandia de cara al invierno. El clima está de su parte: los rusos, víctimas de enfermedades y de la incapacidad de mando y de los errores logísticos de su general Kamenskij, deben retirarse en la mayor confusión.

Interrumpida la campaña, Adlercreutz se traslada a Estocolmo donde la vida política sueca atraviesa graves momentos: los generales, descontentos con el belicismo a ultranza del rey Gustavo IV Adolfo, empiezan a conspirar contra él. El conde Georg Adlersparre, al mando del ejército limítrofe con Noruega, se subleva en la frontera y amenaza con marchar sobre la capital sueca. Suecia está a dos dedos de caer en una guerra civil.

Adlercreutz es puesto a la cabeza de una junta militar decidida a apresar al rey, para hacerle desistir de su empeño bélico. Sin esperar la llegada de Adlersparre, Adlercreutz intenta apresar al rey el 13 de marzo de 1809; éste escapa pero es finalmente arrestado, obligado a abdicar y la junta toma el control del país.

Tras el golpe militar, Adlercreutz permanece en la corte intrigando, y es de los primeros en apoyar la vía en la que la corona sería cedida al hijo del destronado Gustavo IV Adolfo, después de la muerte del rey Carlos XIII. Sin embargo, éste adopta finalmente como sucesor al trono al mariscal francés Bernadotte, el cual sería jurado príncipe heredero de Suecia. Carlos XIII le hará finalmente conde y le ofrecerá participar en el Gobierno.

Durante las campañas napoleónicas, Adlercreutz apoyará a Rusia (1812), trabajando activamente para una alianza ruso-sueca contra Francia. Participará en las campañas de 1813 en Alemania, y en 1814 en Noruega, en calidad de general en jefe del Estado Mayor Sueco. En el cénit de su carrera, Adlercreutz fallece en agosto de 1815, cubierto de honores, y sepultado como un héroe nacional.




sábado, 16 de marzo de 2013

EL Ier DUQUE DE OTRANTO




OTRANTO_Ier Duque de / 1er Duc d'_Joseph Fouché, Conde del Imperio, 1er Duque de Otranto (Le Pellerin, Nantes, 21-05-1759 / Trieste, Italia, 26-12-1820); fue profesor, diputado, senador, ministro de la Policía Francesa en tres ocasiones y bajo distintos regímenes, y presidente del Gobierno Provisional de 1814.

Personaje político francés, nació en Le Pellerin, departamento del Loira-Atlántico, en 1759 y falleció en Trieste (Italia norte-oriental) en 1820. De aspecto físico endeble, de frágil salud, se vió compensado por una inteligencia extraordinaria. Hijo de un oficial de Marina mercante, Joseph Fouché entró en el seminario del Oratorio de Nantes, dónde recibió las órdenes menores.

Profesor de ciencias en Saumur, luego en Vendôme, Juilly y finalmente en Arras dónde conoció a Maximilien de Robespierre, Fouché volvió a Nantes para ser elegido diputado de la Convención en 1792.

Votó la muerte sin sobreseimiento del rey Luis XVI y organizó la Guardia Nacional de Nantes, reclutando a voluntarios contra los rebeldes de La Vendée. Participó activamente en la "descristianización" de los departamentos de La Côte-d'Or y de La Nièvre.

En compañía de Collot d'Herbois, reprimió la revuelta de Lyon practicando el terror. Su acción sanguinaria en Nevers fue condenada por los Jacobinos y, acusado por Robespierre, fue excluído de la Sociedad. Tras sembrar el terror, fue apodado "el Carnicero de Lyon".

Perseguido al día siguiente de la insurrección del 1er Germinal del Año III (21 de marzo de 1795), arrestado, es liberado y obra por cuenta de Paul de Barras, su benefactor. Se convierte en ministro de la Policía el 30 Prairial Año VII (18 de junio de 1799), y detiene a los directores durante el Golpe de Estado del 18 Brumario Año VIII (9 de noviembre de 1799), habiendo puesto a disposición del General Bonaparte su red de espías. Mantenido en su puesto ministerial por los cónsules, reorganiza su ministerio y desarrolla los servicios de espionaje.

Opuesto al consulado vitalicio, es destituído pero se convierte en senador y sigue informando al Primer Cónsul (Napoleón Bonaparte). Aliado al 1er Imperio Napoleónico, vuelve a retomar su cartera de ministro de la Policía en 1804, permaneciendo en el puesto hasta 1810. Agraciado con el título de Conde del Imperio (Conde Fouché) en 1808, se convierte en Duque de Otranto en 1809, siendo nuevamente cesado por haber intrigado con Wellesley y con el Príncipe de Talleyrand-Périgord.

Nombrado gobernador de las Provincias Ilirianas en 1813, trahiciona al emperador junto con Murat en 1814, y se encuentra en París para ofrecer al Conde de Artois (futuro rey Carlos X de Francia) la Lugartenencia General del Reino tras los desastres imperiales.

Sospechoso de intrigar con los republicanos durante la Primera Restauración (1814), es nuevamente nombrado ministro de la Policía durante el Imperio de los Cien Días. El 9 de julio de 1815, Luis XVIII le nombra ministro y embajador a la corte de Dresden pero, cuando los regicidas (todos los que votaron la muerte de Luis XVI durante la Revolución) son proscritos por la Ordenanza de 1816, abandona Francia para instalarse en Trieste (Italia), donde fallecería dejando una inmensa fortuna (14 millones de Francos).

Fouché había contraído matrimonio en 1792 con Bonne-Jeanne Coiquaud (1763-1812) y, en segundas nupcias con la nobilísima Ernestine de Castellane-Majastre, alianza que produjo un sonado escándalo en los círculos aristocráticos franceses de la época. Padre de seis hijos, de éstos sobrevivieron dos: Armand, Conde Fouché y 2º Duque de Otranto (1800-1878) que falleció sin descendencia, y Athanase, Conde Fouché y 3er Duque de Otranto (1801-1886) que contrajo un primer matrimonio con la baronesa sueca Christina Palmstierna (1799-1826), un segundo con otra baronesa sueca Adelheid von Stedingk (1802-1863) y un tercero con Véronique Marx (1846-1887), con descendencia en distintos nobles linajes suecos como los Condes Bielke, por citar uno.

Dotado de un aplomo sorprendente, tuvo el siguiente intercambio de palabras con Napoleón:

Napoleón: -"¿Habéis sido sacerdote?"

Fouché: -"Si, Sire Napoleón."

Napoleón: -"¿Y habéis votado la muerte del Rey?"

Fouché: -"Es el primer servicio que he rendido a Vuestra Majestad."

 

FOUCHÉ

según Stefan Zweig



Escrita en 1929, esta biografía de Joseph Fouché (1759-1820) desde la Revolución Francesa hasta la caída y postrimerías del Imperio napoleónico descubre la psicología de un animal político excepcional. "Traidor nato, miserable, intrigante, puro reptil, tránsfuga profesional, vil alma de corchete, deplorable inmoralista", son los calificativos que la historia guarda para este personaje.
Un hombre que en 1790, antes de la revolución francesa, era profesor en un seminario, en 1792 saqueaba y quemaba las iglesias, votó a favor de la muerte de Luis XVI y María Antonieta, en 1793 era un exaltado ministro jacobino, cinco años después era multimillonario, diez años más tarde era duque y ministro nombrado por Napoleón y en 1815 se casa bendecido y nombrado de nuevo ministro por el rey Luis XVIII, hermano del rey a quien Fouché pidió asesinar. Y mientras todo eso sucedía, por su puerta iban pasando los cadáveres de los hombres más poderosos de Francia, Luis XVI, Robespierre, Napoleón...

Su secreto siempre fue "cambiar rápidamente de chaqueta siguiendo la nueva dirección del viento". "Estos osados virajes, este descarado pasarse al otro bando a plena luz del día, esta huida al lado del vencedor, son el secreto de Fouché en la lucha". Por eso, en plena fiebre de la guillotina francesa, ante las acusaciones de excesivamente moderado puede defenderse con sus sentencias de muerte cuando fue gobernador de Lyon. Y si son los moderados quienes la acusan de sangriento, podrá recordar que son los jacobinos quienes le acusan de moderado.

"Los gobiernos, las formas de Estado, las opiniones, los hombres cambian, todo se precipita y desaparece en ese furiosos torbellino del cambio de siglo, solo uno se queda siempre en el mismo sitio, al servicio de todos y todas las ideas: Joseph Fouché". Después abandonará y traicionará a todos, "a los girondinos, a los partidarios del Terror, a Robespierre y los termidoristas, a Barras, su salvador, al Directorio, a la República, al Consulado, a Napoleón, a Luis XVIII". Porque la traición en Fouché no es tanto "su intención, su táctica, como su más auténtica naturaleza (...). En la lucha no está con nadie, al final de la lucha siempre con el vencedor."

Sus enfrentamientos con los tres hombres más poderosos de Francia en su época, Robespierre, Napoleón y Luis XVIII provocarán los episodios más psicológicamente excitantes de la Historia de la Revolución. A punto de perder la vida a manos de cualquiera de ellos, los pudo sortear e incluso pisotear cuando llegó el momento.

Uno de los secretos de Fouché es la discreción, nunca estaría en primera línea del combate político e ideológico, lo suyo eran las bambalinas. Escondido entretelones "siempre es otro el que paga con su sangre por las palabras y la política de Fouche´".

Incluso los duros momentos de la vida de Fouché sirven para mejorarlo y endurecerlo, "para el verdaderamente fuerte, el exilio jamás es una minoración, sino un reforzamiento de sus fuerzas".
La narración descubre momentos antológicos. Como cuando siendo ministro de Policía en el Termidor de la Revolución en 1799 entra en el club radical de los jacobinos acompañado de los gendarmes. Sus miembros, creyendo ver en él a su antiguo compañero ideológico se ponen en pie. Sin titubear, Fouché sube a la tribuna donde antes lanzaba sus arengas y declarar lisa y llanamente cerrado el club sin que a nadie le de tiempo a reaccionar. "Una vez que la sala está vacía, camina tranquilamente hacia la puerta, la cierra y se guarda la llave en el bolsillo. Y con esa vuelta de llave termina realmente la Revolución francesa".

Durante su cargo de ministro, la diplomacia y el manejo de la información fueron su secreto. "¿Por qué hacerse impopular con ningún partido, con los jacobinos o los realistas, con los moderados o los bonapartistas, mientras no se sepa cuál estará la timón mañana?".

En las vísperas de la llegada al poder de Bonaparte, Fouché logra aparentar fidelidad a todos. "Si Bonaparte se impone, naturalmente esta noche Fouché será ministro y fiel servidor; si fracasa, seguirá siendo el fiel servidor del Directorio, dispuesto gustosa y fríamente a encarcelar a los rebeldes".
En 1804 Fouché vuelve a ser ministro nombrado ahora por Napoleón. "Por quinta vez, Joseph Fouché presta un juramento de fidelidad; el primero fue al entonces todavía gobierno real, el segundo a la República, el tercero al Directorio, el cuarto al Consulado".

En junio de 1815, con la definitiva caída de Napoleón, Fouché alcanza su zenit del poder. "A sus cincuenta y seis años (...), de pequeño y pálido hijo de comerciantes a triste y tonsurado profesor de curas, luego tribuno de la plebe y procónsul, finalmente duque de Otranto, servidor de un emperador, y ahora, por fin, servidor de nadie más, por fin gobernante único de Francia. La intriga ha triunfado sobre la idea, la habilidad sobre el genio. Una generación de inmortales ha caído a su alredadedor. Mirabeau muerto, Marat asesinado, Robespierre, Desmoulins, Danton guillotinados, su compañero de consulado Collot en el destierro en las islas de las Fiebres de Guayana, Lafayette liquidado, todos, todos muertos y desaparecidos, sus compañeros de la Revolución".

"Y como ya no tiene señor alguno al que traicionar, no le queda otra cosa que traicionarse a sí mismo, a su propio pasado. Devolver la Francia vencida a su antiguo soberano fue en ese instante una auténtica hazaña, policía correcta y audaz". Es entonces cuando vende Francia a Luis XVIII a cambio de un puesto de ministro. El nuevo rey tendrá que admitir en su gobierno a quien veintidós años antes condenó a muerte a su hermano. La primera función de Fouché como ministro será elaborar la lista negra con todos los nuevos proscritos que no demostraron lealtad al rey. Así lo hará sin dudarlo. "Solo falta uno, el de Joseph Fouché, el duque de Otranto. Aunque en realidad no falta. También el nombre del duque de Otranto está en esa lista. Pero no en el texto, como el de un ministro napoleónico acusado y proscrito, sino como ministro del rey, que envía a la muerte o el exilio a todos sus compañeros: como el de verdugo".

Sin embargo, poco le duró la excepción. Quien trajo a Luis XVIII al trono de Francia es ahora bajo este rey excluido de toda amnistía y condenado al destierro de por vida de Francia. Se diría que el mayor traidor ha sido traicionado y superado en deslealtad por el Borbón Luis XVIII. ¿Se llevará ese carácter en el código genético como la "capacidad" de reinar?. "Tarde, pero con intereses de usura, Fouché tendrá que pagar ahora su culpa de no haber servido jamás a una idea, a una pasión moral de la Humanidad, sino siempre y únicamente al favor perecedero del momento y de los hombres".

Pero por muy excitante y excepcional que fuese la vida de Fouché ningún placer encontraríamos en conocerla sin la brillante pluma del autor de esta biografía, Stefan Zweig. Nacido en Viena en 1881, hijo de un poderoso industrial, y muerto en Brasil en 1942,durante sus años de juventud recorrió Europa, trabajando como traductor y colaborando en distintas publicaciones. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, manifestó su posición pacifista. Ante la implantación cada vez mayor de las fuerzas nazis en Austria, emigró a Londres. Fue en Salzburgo donde escribiría sus mejores obras. Entre ellas destacan "Cuerdas de plata", un ejemplar donde reúne su poesía, y novelas como "Jeremías", "Amok", "El jugador de ajedrez", "La piedad peligrosa" o "La confusión de los sentimientos". Además de la biografía de Fouché escribió la de algunos de los personajes más grandes de la literatura como Dickens o Balzac o de personajes históricos como María Antonieta o Erasmo de Rótterdam.

miércoles, 13 de marzo de 2013

EL BAÍLIO DE SUFFREN DE SAINT-TROPEZ




SUFFREN DE SAINT-TROPEZ_Caballero-Baílio de / Chevalier-Bailli de_Pierre-André de Suffren de Saint-Tropez, Caballero de Suffren de Saint-Tropez (Castillo de Saint-Cannat, Aix-en-Provence, 17-07-1729 / Versailles, 08-12-1788), Caballero, Comendador y Baílio de la Soberana Orden Militar de Malta u Orden de San Juan de Jerusalén, Caballero Gran Cruz de la Orden del Espíritu Santo, Teniente-General de la Armadas Navales de Malta, Vice-Almirante y Embajador de Francia. Fue el hijo menor de los Marqueses de Saint-Cannat.

La tradición quiere que los Suffren sean originarios de Lucca (Toscana, Italia); llevando entonces el apellido de Suffredi, habrían emigrado en Provenza durante el siglo XIV. Establecidos en Salon-de-Provence y beneficiando del favor de los arzobispos de Arles (que, en el castillo de L'Empéri, tenían su residencia estival), obraron para su total integración.

Cambiaron su nombre de Suffredi en Suffren, contrayendo felices alianzas con antiguas familias nobles provenzales. Durante los siglos XV y XVI, ocuparon diversos cargos relevantes: magistratura, parlamento, consulado y tesorería de la ciudad de Salon-de-Provence.

En 1557, por cartas patentes del rey Enrique II de Francia, Jean Suffren es reconocido noble. Palamède de Suffren, su nieto, será el fundador de la rama primogénita de los Marqueses de Suffren, extinguida por línea varón en 1974.

Jean-Baptiste de Suffren, hermano segundón de Palamède, será el fundador de la rama menor que añadiría posteriormente a su apellido el nombre de Saint-Tropez, después de que ese feudo fuera aportado en dote (en 1677) a Joseph-Jean-Baptiste de Suffren, por su esposa Geneviève de Castellane de Saint-Juers. De esos De Suffren de Saint-Tropez, surgieron los Marqueses de Saint-Cannat y de ellos, el célebre Baílio de Suffren.

Nacido en el castillo de Saint-Cannat, el 17 de julio de 1729, no lejos de la ciudad de Aix-en-Provence, Pierre-André de Suffren de Saint-Tropez era el 3er hijo de Paul de Suffren de Saint-Tropez y de Marie-Hyéronime de Bruny, Marqueses de Saint-Cannat. Sus dos hermanos mayores serían: el primogénito, futuro 2º Marqués de Saint-Cannat, brillante hombre de armas, y el segundo, Louis-Jérôme, arzobispo de Sens después de ser un notorio obispo de Sisteron.

Pierre-André será entonces, naturalmente, destinado a la carrera de armas por ser el menor: a la Marina Real Francesa.

Tras una juventud turbulenta pero también estudiosa, pasada entre Saint-Cannat, Richebois (feudo familiar de Salon) y Saint-Tropez, dónde descubre el mar, es enviado al colegio de los Jesuitas de Toulon, y posteriormente a los Guardias de la Marina.

Contando aún 14 años de edad, tendrá su bautizo de fuego en la batalla del Cabo de Sicié, el 19 de febrero de 1744. Luego vendrían destinos dispares: las Antillas, el Canadá,... dónde se distinguiría por su bravura en enfrentamientos inciertos. También conocería el infortunio de caer prisionero de los ingleses en 1747.

Liberado en 1748, ascendido a insignia de nave, marcha a Malta (1749) para ser admitido entre los Caballeros menores de la Soberana Orden de San-Juan de Jerusalén (u Orden Soberana y Militar de Malta), auténtica hacedora de marinos. Allí hará sus "caravanas" (cruceros de galeras de la Orden), consiguiendo ser Caballero mayor al profesar sus votos: obediencia, pobreza y castidad.

Retomando servicio en la Marina Real Francesa, participará en los combates de Puerto-Mahón, Menorca (1756), en la triste jornada de Lagos, Portugal (1759), cayendo nuevamente prisionero a manos de los británicos.

Liberado tiempo después, participa en la expedición de Larache (1759), siendo uno de los únicos comandantes a combatir exitosamente. Esa tierra de Marruecos, que acaba de descubrir, le interesa y querrá volver a pisarla...

Obtendrá el privilegio de acompañar en su embajada en Marrakesh, al Conde de Brugnon. El mismo año de 1767, recibe el grado de capitán de fregata, convirtiéndose luego en capitán de navío en 1772.

Cinco años más tarde, está al mando del "Fantasque", y es con ese navío que integra la Escuadra del Almirante D'Estaing, en las Antillas. Allí se distingue, dando muestras de su intrepidez y valentía, pero enrabia de no poder hacer más.

La campaña de las Indias le dará finalmente la ocasión de apoyarse en su experiencia y de conocer, pese a muchos dramas y trahiciones, sus mayores victorias y la gloria: La Praya (abril de 1781) y en Gondelour (en junio de 1783).

La paz le hará retomar el camino a Francia. Luis XVI le asciende a vice-almirante, a caballero y Gran-Cruz de la Orden del Espíritu-Santo, finalmente es condecorado y nombrado Baílio (oficial jurídico) de la Soberana Orden de San-Juan de Malta, y teniente-general de las Armadas Navales. Seguidamente, el Rey le concede las "grandes entradas" de Versailles (1784).

Sin embargo, Luis XVI le negará el mando de la Escuadra Croix, nombrándole embajador y proponiéndole la dirección de los Estados-Generales de 1789, incluso le confía el mando de una flota en Brest, pero la repentina muerte del baílio de Suffren (el 8 de diciembre de 1788), pone punto final al proyecto.

Desde luego, el enigma de su muerte tan repentina no está aún resuelto: la versión oficial (ataque de apoplejía) choca frontalmente con otra versión (apuñalado en los jardines de Versailles), que habla de un duelo pero,...¿contra quien?

Independientemente de su indiscutible fiereza en el fragor de las batallas navales, fue bien conocido por los cuidados y atenciones que prodigaba a los marinos que conformaban sus tripulaciones, incluyendo provisiones abundantes para el rancho y excelentes cuidados médicos y sanitarios, muy insólitos para la época. Esta atención quizás no sea un hecho independiente de su homosexualidad, conocida por el propio Rey y que abierta y serenamente practicó.

El comandante siempre andaba rodeado de jóvenes marineros, apodados "Los Mignons de Suffren"; animó y aceptó la homosexualidad en sus navíos, y las "uniones" de travesías y campañas, facilitando incluso el compartir literas de parejas de marineros. Propiciaba combinar marineros mayores con los más jóvenes, declarando que "los hombres casados entre si actúan mejor en caso de combate; se ayudan, apoyan y siempre andan de buen humor..."
Nos queda el recuerdo de un hombre excepcional, un verdadero aventurero, de entre los muchos y relevantes marinos franceses, profundo reformador de la Marina de guerra, habiendo impuesto las primeras fórmulas de ascenso según el mérito, en una cadena de mando que privilegiaba hasta entonces el orígen de los oficiales.

 


jueves, 7 de marzo de 2013

LA IIIª PRINCESA ZU SCHWARZENBERG



SCHWARZENBERG_IIIª Princesa en / III. Reichsfürstin zu_Princesa Eleonora Elisabeth Amalia Magdalena von Lobkowicz, IIIª Princesa del S.S.I.R.G. en Schwarzenberg, Duquesa von Krumau o Krumlov, Princesa del Sacro Santo Imperio Romano Germánico (Schloss Lobkowicz, Melník, Bohemia actual Chequia, 20-06-1682 / Schwarzenberg Palais, Viena, Austria, 05-05-1741). Cuarta hija del segundo matrimonio de su padre, el Príncipe Ferdinand August von Lobkowicz, Duque de Sagan (1655-1715), con la Margravina Maria-Anna Wilhelmina von Baden-Baden, tataranieta del rey Gustavo I Vasa. Tras ella vinieron al mundo dos príncipes más:

-Princesa Ludovika Anna Franziska von Lobkowicz (1683-1750), casada con el Príncipe Anselm Franz von Thurn und Taxis.

-Príncipe Georg Christian von Lobkowicz (1686-1753), que desposaría a la Condesa Caroline von Waldstein => 10 hijos / Rama Lobkowicz-Melník

Del primer matrimonio de su padre con la Condesa Claudia Franziska von Nassau-Hadamar (celebrado el 17 de julio de 1677), tan solo obtuvo un heredero varón que llegó a la edad adulta, el Príncipe Philipp-Hyacint von Lobkowicz (1680-1737). La Princesa Claudia Franziska moriría de sobreparto en 1680, tras alumbrar a su tercer y único vástago sobreviviente*.

El segundo matrimonio del Duque de Sagan fue más fructífero que el primero, ya que la Margravina Maria-Anna Wilhelmina de Baden-Baden le dio 8 hijos, de los que tan solo 4 llegaron a la edad adulta. La Duquesa de Sagan fallecería a su vez el 22 de agosto de 1701...

Un tercer matrimonio del Duque de Sagan celebrado en 1703, con la Condesa Marie-Philippine von Althann (1671-1706), no tan solo resultó ser estéril sino que, además, fue breve. La flamante duquesa murió antes de cumplir el tercer aniversario de casados.

En 1707, el duque contrae nuevas nupcias con la Princesa Maria-Johanna von Schwarzenberg (1681-1739), de 26 años más joven que él. El 4º matrimonio tan solo producirá dos hijas que morirían a la edad de 2 y 4 años.

El 3 de octubre de 1715, a la edad de tan solo 60 años, el Duque de Sagan muere en su finca de Raudnitz (Chequia), dejando a su cuarta mujer viuda con tan solo 34 años.

Princesa en Schwarzenberg y Duquesa de Krumlov




Catorce años antes de su muerte, el Duque de Sagan casa a su hija Eleonora Amalia con el mejor partido de la corte austríaca, el Príncipe Adam Franz Karl Eusebius zu Schwarzenberg (1680-1732), perteneciente a la alta nobleza del reino de Bohemia y futuro Gran Mariscal de la Corte del Emperador del Sacro Santo Imperio Romano Germánico**. El 6 de diciembre de 1701, se celebra la unión religiosa: él tiene 21 años y ella 19.

La flamante Princesa de Schwarzenberg baja del altar con fama de ser una joven que ha recibido una inmejorable educación y poseedora de una amplia cultura, amén de una cuantiosa dote.



La culta y rica princesa tardaría casi cinco años en dar a su marido descendencia: en 1706, nace finalmente una hija, la Princesa Maria-Anna zu Schwarzenberg (1706-1755)***. El primer alumbramiento es decepcionante, al engendrar ésta a una niña en vez del tan ansiado heredero varón. De hecho, los años siguientes a ese nacimiento, Eleonora Amalia y Adam Franz intentarán, infructuosamente, engendrar al niño deseado que asegure la continuidad de su linaje. Para ello, recurrirán a todos los medios imaginables para que se quede nuevamente en estado de buena esperanza: estancias en balnearios para tomar baños termales, peregrinaciones a lugares santos, regímenes alimenticios, pócimas y bebedizos ¡resultaron inútiles a lo largo de 15 años!

Llegados a este punto, y según se rumoreaba entonces, Eleonora Amalia no dudó en recurrir a la magia y a la alquimia para conseguir su objetivo. Entre tantos "remedios" médicos y mágicos, solía tomar diariamente leche de loba (reputada eficaz para quedarse preñada) y llegó a pagar a precio de oro un bebedizo extremadamente raro de conseguir, y del que se loaba, también, la supuesta eficacia para combatir su pertinaz esterilidad: semen de cachalote!!!

El milagro ocurrió finalmente cuando, en abril de 1722, Eleonora Amalia constata que está preñada y recibe la confirmación del primer médico del Emperador. La noticia no deja de asombrar a familiares, médicos y cortesanos, ya que la princesa tiene entonces nada menos que 40 años! La sorpresa no puede ser más general y pronto, un sordo rumor empieza a recorrer no solo Viena sino toda Chequia: algunos achacan esa tardía maternidad de la princesa por ser una bruja que, gracias a sus prácticas nigromantes, ha conseguido quedarse en estado. El rumor, que irá creciendo y extendiéndose por doquier, provocará no pocos escalofríos entre la gente cuando, finalmente, da a luz a un hijo varón el 15 de diciembre de 1722, el heredero tantas veces buscado y perseguido!

En una época en que aún reinaba a sus anchas la superstición en todas las clases sociales y, sobretodo, en Bohemia, el tardío e inesperado embarazo de la Princesa de Schwarzenberg fue acogido con una mezcla de asombro y horror, después de una persistente esterilidad a lo largo de quince años.

La princesa parirá en su palacio de Viena al milagroso hijo y le impondrán, sobre la pila bautismal, los nombres de Josef Adam Johann Nepomuk Franz de Paula Joachim Judas Thaddäu Abraham.

Cinco años después, para celebrar su victoria, la Princesa ordenará al pintor Maximilian Hannel que la pinte junto a su heredero, ataviados con trajes de caza, en un mismo lienzo que, desde 1727, aún se encuentra colgando en una de las paredes de los salones del castillo de Ceský-Krumlov.

El Castillo de Ceský-Krumlov



En 1719, el Príncipe Adam Franz von Schwarzenberg hereda de sus parientes, los Príncipes von Eggenberg, el imponente castillo y las vastas tierras de Ceský-Krumlov, en Chequia. En ese vetusto a la par que vasto palacio (el más grande de Chequia), el príncipe gastará una fortuna en remodelarlo y adecuarlo al gusto de entonces, contratando a los mejores artistas del momento: pintores, decoradores, escultores y arquitectos serán enviados a su nueva posesión para transformarla en una de las más bellas residencias de Bohemia.

El castillo de Ceský-Krumlov es, entonces, un imponente edificio que domina la villa a orillas del sinuoso río Moldava desde los tiempos en que la célebre y poderosa familia Rozmberk o Rosenberg (siglo XIII) era dueña del lugar e hizo de ella su capital. Al extinguirse el linaje Rosenberg (s.XVII), el último de ellos vendió sus bienes al Emperador Rodolfo II (1601) y algún que otro archiduque habitó entre sus muros hasta que los Habsburgo se deshicieron de Ceský-Krumlov dos décadas después, concediéndolo a los Príncipes de Eggenberg en 1622, junto con la dignidad ducal de Krumlov o Krumau, y cuyo último representante y tercer duque (muerto en 1710), casado con una princesa de la Casa de Schwarzenberg, dejó en herencia a su viuda.

La Duquesa Vda. de Krumlov y Princesa von Eggenberg, nacida Maria-Ernestina von Schwarzenberg (1649-1719), esposa del Príncipe Johann Christian von Eggenberg, 3er Duque de Krumlov (1641-1710), habiéndose quedado sola y sin hijos, testó en favor de su sobrino Adam Franz von Schwarzenberg para que, a su muerte, éste heredara de todos sus bienes, incluyendo el vasto castillo de Ceský-Krumlov.

Gran Mariscal de palacio desde 1711, el Príncipe de Schwarzenberg había sido honrado por el Emperador con la Orden del Toisón de Oro en 1712. Al convertirse en el nuevo señor de Ceský-Krumlov, obtuvo de Carlos VI la rehabilitación del ducado de Krumlov a su favor el 28 de septiembre de 1723, tras ser erigida su tierra checa en principado (1722), fecha en que abandonaba su viejo cargo para convertirse en el nuevo Caballerizo Mayor de la corte imperial.

Diez años después de su nuevo nombramiento, el príncipe muere en trágicas circunstancias...

La Princesa Viuda de Schwarzenberg



El 11 de junio de 1732, el Príncipe Adam Franz zu Schwarzenberg forma parte del séquito del Emperador Carlos VI de Austria, cuando éste acude a la finca de Brandeis-an-der-Elbe, coto de caza imperial. El césar, rodeado de sus acompañantes, se dispone entonces a correr el ciervo. En el momento en que Carlos VI consigue tener al alcance de su fusil a uno, se cruza inesperadamente en la línea de tiro su Caballerizo Mayor y cae muerto de un balazo.

La trágica circunstancia en la que muere Adam Franz zu Schwarzenberg, empujan al kaiser, devorado por el remordimiento y la culpabilidad, a conceder a la viuda una pensión anual de 5.000 florines a título de indemnización, y a acoger bajo su protección al único hijo de ambos, Josef I Adam, al que condecora excepcionalmente caballero de la Orden del Toisón de Oro con tan solo 10 años de edad!

Sola y al frente de una colosal fortuna, Eleonora Amalia asumirá la dirección de los negocios y la administración de los inmensos bienes heredados por su hijo, convertido en el 4º Príncipe zu Schwarzenberg y 5º Duque de Krumlov. El patrimonio de los Schwarzenberg, por entonces, no tan solo se componía de extensas fincas y grandes parcelas de tierras cultivables con castillos, granjas, villas y pueblos; explotaban sus fábricas de cerveza, de vidrio, minas de cobre, plata y hierro, a los que se añadía la acuicultura, la silvicultura y los aserraderos, aportándoles pingües beneficios. Por lo visto, la Princesa Viuda fue una mujer de negocios muy hábil que supo dirigir con acierto todas las empresas familiares.

La Princesa Vampira, terror de Bohemia

Pero, en los años siguientes, un extraño mal empezará a aquejar a la Princesa Viuda: su salud sufre un paulatino decaímiento. Quejándose de pesadez en el estómago, de dolores intolerables en piernas y brazos, de dificultades respiratorias, su físico se va demacrando irremediablemente. Sus médicos, que no conseguían dar con un diagnóstico serio de su mal, le iban recetando todo tipo de remedios medicinales tan ineficaces como estrambóticos... Hubo quien le recomendó fumar tabaco en pipa para aliviar sus dolores, cosa que hizo enseguida; pero el consumo de tabaco no hizo sino empeorar su estado.

A medida que su falta de apetito crecía, que su languidez aumentaba, los médicos pronto dejaron paso a charlatanes y magos con remedios poco ortodoxos que, entre brebajes supuestamente curativos, rituales mágicos y sesiones de espiritismo, se apoderaron de la Princesa Viuda. Ésta, ya de por sí hipocondríaca, obedecía ciegamente todos los consejos que recibía al mismo tiempo que caía en el convencimiento de que había sido víctima de un vampiro, dados los síntomas que padecía: insomnio, adelgazamiento, palidez cadavérica, inapetencia por la comida, entumecimiento de los miembros, ataques de ansiedad, sensación de ahogo contínuo,...

Entre el hecho de que en el castillo se mantenían a varias lobas enjauladas que se pasaban las noches aullando, que se celebraban extrañas sesiones y que la apariencia demacrada de la princesa provocaba pavor a la domesticidad, pronto se afirmó en las calles que ésta había sido vampirizada y que su muerte era próxima. El miedo, espoleado por las viejas supersticiones centroeuropeas, se apoderó rápidamente de los habitantes de Ceský-Krumlov, llevándoles a los peores excesos y a siniestras pesquisas en los cementerios para dar con el supuesto vampiro responsable de la enfermedad de la Princesa de Schwarzenberg. Se desenterraron cadáveres para empalarlos, decapitarlos e incinerarlos en medio de rituales de exorcizamiento con tal ahínco que las autoridades bohemias se vieron en la obligación de alertar a la corte de Viena.



Enviado a Ceský-Krumlov, el Doctor Franz von Gerstorff, primer médico de Su Augusta Majestad Imperial Carlos VI (1), visita a la ilustre enferma. La descubre en tal estado que, sin perder más tiempo, ordena su traslado a Viena donde podrá hacerle un seguimiento y otorgarle un trato más médico. Instalada en su palacio vienés, la Princesa Viuda no mejorará pese a las atenciones del médico imperial y fallecerá el 5 de mayo de 1741. El mismo día, el primer médico del Emperador ordenará una autopsia a cargo de otros colegas que, según recientes investigaciones, resultó ser anómala en muchos sentidos: no era habitual en esa época y pareció más un ritual que una autopsia convencional para diagnosticar el auténtico mal (2) que mató a Eleonora Amalia de Schwarzenberg. Aunque el Doctor von Gerstorff y sus asistentes descubrieron un enorme quiste cancerígeno alojado entre las vísceras y adherido a la columna vertebral del cadáver (auténtico orígen de la enfermedad que mató a la paciente), vaciaron el cuerpo inerte de todos sus órganos y, de forma expeditiva, lo enviaron a Ceský-Krumlov, argumentando que así se respetaba la voluntad de la distinguida finada.

¿A qué se debió esa autopsia tan inusual como inmediata?¿Por qué mandaron el traslado urgente del cadáver de la princesa de Viena a Ceský-Krumlov? Y, ¿por qué el féretro viajó de noche hasta la ciudad meridional de Bohemia? Se cree que, tanto el primer médico del kaiser como sus colegas, temieron que el misterioso mal que había aniquilado a la Princesa de Schwarzenberg, se propagara por toda la capital. Y la medida de mandar el féretro con el cuerpo de la muerta a Krumau para que allí fuera sepultada, cuando el panteón de la familia se encontraba en Viena, resulta aún más inquietante. ¿Acaso debemos recordar la creencia de los muertos que mastican? ¿Esos mismos que, tras masticar su mortaja, acaban por atacar los cadáveres de al lado?

A todas luces, y pese al razonamiento científico que empezaba a imponerse entre los galenos, el miedo les dominó de tal manera que actuaron con más visceralidad que razocinio. A eso se suma una inexplicable factura presentada a la familia Schwarzenberg por los médicos que asistieron a la autopsia del cadáver: 3.000 florines (unos 90.000 € , una suma demencial!). Y, para coronar el pastel, el féretro fue nocturnamente sepultado en la capilla de San-Jorge, de Ceský-Krumlov, bajo una hermética bóveda de cemento y sellada por una lápida que tan solo indicaba el nombre de pila de la muerta "Eleonora" (oren por la pobre alma pecadora de Eleonora), la fecha del 5 de mayo de 1741, enmarcados por una corona principesca y una calavera sobre dos tibias entrecruzadas esculpidos en bajo relieve. Como si pretendieran asegurarse de que no pudiera jamás salir de ahí la difunta...

En el servicio fúnebre, ni siquiera se presentó el hijo de la difunta, como tampoco asistieron parientes o nobles vecinos. El terror fue tal que nadie se atrevió a presenciar la ceremonia a excepción del cura oficiante, los monaguillos, los soldados y los curiosos locales. Eso si, se ordenaron decir más de cien misas para asegurar el descanso del alma de Eleonora y, acto seguido, cayó su recuerdo en el más absoluto olvido.

Tras su muerte, los habitantes de Ceský-Krumlov sucumbieron al pánico, temerosos de que la muerta vampirizada no fuera más que la primera víctima de un escurridizo a la par que poderoso vampiro que empezaba a enseñorearse por la ciudad. Las exhumaciones de cadáveres de supuestos vampiros se multiplicaron por todos los cementerios de la región, para ser estacados, decapitados y quemados en piras por toda Bohemia. La psicosis popular llegó a tal extremo que aquellas prácticas tuvieron eco hasta en París y Londres. En Viena, la Emperatriz Maria-Teresa, asombrada por las noticias que le llegaban, ordenó a su médico personal, Gerhard Van Swieten, que viajara hasta Bohemia para investigar si el vampirismo era un hecho real e innegable. Basándose en su razonamiento científico e ilustrado, Van Swieten acabó por rebatir la existencia de tales seres calificándolos como fruto de la imaginación supersticiosa del pueblo checo. Al dar semejante carpetazo al asunto, la Emperatriz ordenó, mediante un edicto imperial, que cesaran las profanaciones de tumbas y todas aquellas macabras prácticas ligadas al vampirismo.

En 2007, se realizó un interesante documental sobre el caso de Eleonora Amalia de Schwarzenberg, bajo la dirección del austríaco Klaus Steindl y titulado La Princesa Vampira, en un intento de esclarecer la leyenda y la tesis del vampirismo que envuelve, desde 1741, la figura de la aristócrata checa, y exponer la posibilidad de que su historia inspiró a Bram Stoker para escribir su famosa novela.

En 1848, la familia Schwarzenberg abandonó su palacio de Ceský-Krumlov para trasladar su residencia en Hluboká, donde habían reconstruído un castillo neogótico más confortable y moderno.

NOTA:

El Doctor Gerhard Van Swieten (1700-1772), médico holandés natural de Leyden, era un investigador nato que se interesaba por la anatomía, la patología, la neurología y las enfermedades venéreas, e incluso investigó los informes de los monjes benedictinos sobre el vampirismo, de entre los cuales sobresalía el famoso Dom Augustin Calmet, llevándole inicialmente a sostener la realidad de los vampiros en la convención de Belgrado. Para ello, se basó en algunos casos de cadáveres incorruptos y de muertes sospechosas en los alrededores de los cementerios en Austria. Sin embargo, acabó por abandonar sus investigaciones sobre casos de vampirismo por dos motivos: por repugnancia y porque el tema le superaba. El escritor Bram Stoker se habría inspirado en él para crear el personaje del Profesor Van Helsing, para su Drácula.



(*)_Los príncipes Eleonora y Leopold Christian, que precedían al tercer retoño Philipp-Hyacint von Lobkowicz, murieron en la cuna en 1678 y 1680 respectivamente.

(**)_Entre 1711 y 1722.

(***)_Futura consorte del Margrave Ludwig Georg Simpert de Baden-Baden.

(1)_Carlos VI de Austria fallecería repentinamente el 20 de octubre de 1740. Al parecer, se dio tal atracón de setas que murió de indigestión.

(2)_Se trataría de un cáncer cervical (cérvix uterino) o carcinoma del cuello uterino, un cáncer invasivo muy común entre las mujeres que aparece alrededor de los 45 años de la sujeta y del que se diagnostica, actualmente, 400.000 casos al año. Se caracteriza generalmente por ser asintomático, aunque existen casos en los que se aprecia hemorragia anormal, aumento del flujo vaginal, dolor en el pubis y dispareunia (coitalgia).

 

viernes, 1 de marzo de 2013

EL Ier CONDE DE LATORES



LATORES_1er Conde de_Sabino Fernández Campo, Ier Conde de Latores, G.E., Caballero del Real Cuerpo de la Nobleza del Principado de Asturias y Vice Gran Maestre de la Real Orden de los Caballeros de Santa María del Puig (Oviedo, 17-03-1918 / Madrid, 26-10-2009). Jurista, General Interventor y Teniente-General honorífico que desempeñó diversas funciones de cierto relieve bajo la dictadura franquista y la monarquía parlamentaria. Fue hijo de Sabino Fernández Fernández, comerciante ovetense, y de María Campo del Valle.

Fue un militar que, siendo joven, se enroló y combatió en el bando nacional sublevado (Falange Española) durante la Guerra Civil Española (1936-1939), terminándola con el grado de alférez provisional y de teniente. Luego se licenció en derecho en la Universidad de Oviedo y, posteriormente, ingresó en el Cuerpo Militar de Intervención, del que llegaría a ser profesor y jefe de estudios de la academia, consiguiendo el grado de General Interventor en 1980. Con anterioridad, fue nombrado interventor de la Casa Militar del General Franco. En esos años, amplió sus estudios en el Industrial College de Estados Unidos, licenciándose en Economía de Guerra.

Obtuvo el título honorífico de Teniente General y desempeñó varios cargos durante los últimos años de la dictadura: subsecretario de la Presidencia del Gobierno (1975) y del Ministerio de Información y Turismo (1976). Con la monarquía instaurada en 1975, fue Secretario General de la Casa de Su Majestad el Rey (1977) y Jefe de la Casa Real (1990) en sustitución del General Alfonso Armada primero, y del Marqués de Mondéjar en segundo lugar respectivamente.

En 1990, renuncia a la Secretaría General de la Casa del Rey, al frente de la cual es sustituído por José Joaquín Puig de La Bellacasa Urdampilleta.

El 30 de abril de 1992, Juan-Carlos I le concedió sus cartas de nobleza con el título de Ier Conde de Latores, con Grandeza de España, por su larga y brillante trayectoria y servicio, tanto militar como civil, al Estado. Ocupó la jefatura de la Casa del Rey desde el 22 de enero de 1990 hasta el 8 de enero de 1993, sucediendo a Nicolás Cotoner i Cotoner, Marqués de Mondéjar.

Posteriormente, se convirtió en miembro de honor de la Real Academia de Medicina de Asturias y León, de la Real Academia de Doctores de España, censor de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas y académico de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación. En 1999 fue nombrado Vice Gran Maestre de la Real Orden de Caballeros de Santa María del Puig. En 1997 ingresó en la Real Asociación de Hidalgos de España.

Su papel durante el intento de golpe de Estado del 23-F (23-02-1981), fue crucial para frenar y desbaratar la sublevación armada de algunos generales que planeaban acabar con la recién inaugurada democracia y volver a un régimen dictatorial con el rey al frente. Célebre quedó su famosa respuesta telefónica a la pregunta del General José Juste (de la división Acorazada Brunete) de si había llegado el General Armada a palacio: "Ni está, ni se le espera."

A finales de 1992, por desacuerdos aún por esclarecer con el rey, fue cesado al frente de la jefatura de la Casa Real y reemplazado por José Fernando de Almansa Moreno-Barreda, Vizconde del Castillo de Almansa.

Viudo desde 1993 de su esposa Elena Fernández-Vega y Diego, madre de sus 10 hijos, volvió a contraer un segundo matrimonio en 1997 con Maria-Teresa Álvarez García, actual Condesa Vda. de Latores.

Murió de neumonía en Madrid el 26 de octubre de 2009. Tenía 91 años.

Desde 2009, es su hija primogénita María-Elena Fernández y Fernández-Vega, quien ostenta el título de IIª Condesa de Latores.