SOUBISE_Iª Princesa de / 1ère Princesse de_Anne Julie de Rohan-Chabot, Dama y Iª Princesa de Soubise, Dama y IIIª Duquesa de Frontenay & Par de Francia suo jure, Condesa de Rochefort (Paris, 1648 / Hôtel de Soubise, Paris, 04-02-1709). Fue la fundadora, junto con su marido, de la rama principesca de Rohan-Soubise, y la que sugirió a éste la adquisición del antiguo palacio parisino de los Duques de Guisa, el Hôtel de Guise, que fue reformado y rebautizado como Hôtel de Soubise.
Nacida en 1648, Anne-Julie de Rohan-Chabot es hija de Henri de Chabot, Señor de Jarnac y d'Apremont, y de Marguerite, Duquesa de Rohan (heredera universal ésta de sus padres el duque Henri II de Rohan y de Marguerite de Béthune, hija ésta del célebre duque de Sully).
Los orígenes de nuestra protagonista son por lo menos ilustres: desciende, por su madre, del más antiguo linaje de Bretaña, los Rohan, vizcondes de Porhoët, cuya probada filiación remontaba hasta el año 1008 y entroncaba directamente con los antiguos reyes de Bretaña. Sus repetidos enlaces con la Casa Ducal de Bretaña terminarían en 1407, fecha de la última boda de los Rohan con los Montfort (dinastía ducal bretona). Vizcondes y luego condes de Porhoët, alcanzarían el rango ducal en 1603 con la erección de su vizcondado de Rohan, siendo el beneficiado el célebre general protestante y 21er vizconde Henri II de Rohan*, primer duque del nombre, Conde de Porhoët, Marqués de Blain y Príncipe de Léon (1579-1638). Mejor aún, el futuro generalísimo de los Ejércitos Protestantes, nieto de una princesa de Navarra (su abuela es Isabel de Albret, Princesa de Navarra y Vizcondesa de Porhoët, lo que le emparenta directamente con el rey Enrique IV de Francia), obtiene en 1604 la mano de una de las hijas de Maximilien de Béthune, 1er duque de Sully y ministro del rey Enrique IV, la anteriormente citada Marguerite de Béthune, sellando así las bases de su fortuna. Duque y Par de Francia, Enrique IV le otorga el cargo de coronel de la Guardia Suiza y de los Grisones (guardia personal del Rey); el resto de su biografía es propia de un gran caudillo militar cuya memoria sigue aún viva y presente en la Historia de Francia.
Pese a la gloria, al rango y a la fortuna adquiridas, Henri II de Rohan tan solo conservará de su esposa (protestante como él) una hija -de los 9 hijos nacidos- también llamada Marguerite (1617-1684) que, convertida en el mejor partido de Francia por entonces, verá desfilar un sinfín de pretendientes hasta que, en 1645, por inclinación más que por interés, concede su mano a un gentilhombre católico descendiente de los barones y condes de Jarnac, Henri de Chabot (1615-1655); el escándalo es mayúsculo: en el asunto, que adquiere pronto tintes de asunto de Estado, intervienen los Rohan, los protestantes, los católicos, la corte, el cardenal de Richelieu y hasta el rey Luis XIII en persona. La boda entre la gran heredera protestante y el caballero católico pudo finalmente llevarse a cabo con el beneplácito real, con la expresa condición de que los hijos nacidos de dicha unión fueran educados en la religión católica. Otra condición, esta vez impuesta por la novia en el contrato nupcial, especifica que todos los hijos nacidos del matrimonio llevarían el apellido compuesto de De Rohan-Chabot. El monarca dispone entonces que el novio asuma el título de duque de Rohan y las armas correspondientes, causando vivas protestas por parte de los demás miembros del clan Rohan; de este modo, y mediante cartas patentes firmadas por el rey, Henri de Chabot funda la Casa Ducal de Rohan-Chabot convirtiéndose en el 2º duque de Rohan y asumiendo los otros titulos hereditarios de su suegro: conde de Porhoët y de Lorges, príncipe de Léon, marqués de Blain y de La Garnache, barón de Mouchamps, señor de Héric y de Fresnay, primer barón de la nobleza y presidente-hereditario de los Estados de Bretaña. Aparte de todos los títulos nobiliarios rimbombantes, el flamante segundo duque de Rohan obtiene del rey el cargo de gobernador de Anjou. Fallece diez años más tarde (1655), después de haber flirteado peligrosamente con los rebeldes de la Fronda y conseguir que el rey le perdonara.
Anne-Julie de Rohan-Chabot crecerá pues huérfana de padre, como una joven virtuosa, comedida y tranquila que se ha beneficiado de una excelente educación proporcionada por su autoritaria madre; ésta la casa, sin consultarla claro está, en 1663 con un primo perteneciente a otra rama del poderoso clan Rohan. François de Rohan, Príncipe de Soubise, de doce años mayor que ella pero al cual dará nada menos que una decena de hijos:
-Anne-Marguerite de Rohan-Soubise (1664-1721)
-Louis de Rohan-Soubise (1666-1689)
-Constance-Emilie de Rohan-Soubise (1667-1684)
-Hercule-Mériadec de Rohan, IIº Príncipe de Soubise (1669-1749)
-Alexandre-Mériadec de Rohan-Soubise (1670-1687)
-Henri-Louis de Rohan-Soubise (1672-1693)
-Armand-Gaston Maximilien, Cardenal de Soubise (1674-1749)
-Emilie de Rohan-Soubise (1678-1694)
-Eléonore Marie-Anne de Rohan-Soubise (1679-1753)
-Maximilien Gaston Guy de Rohan-Soubise (1680-1706)
-Frédéric-Paul de Rohan-Soubise (n./m.1685)
En 1665, la joven princesa de Soubise es una hermosa mujercita de 17 años, pelirroja y de ojos almendrados que no deja indiferente a los hombres de la corte. El rey Luis XIV, aún bajo los encantos de la Duquesa de La Vallière, repara en ella y muestra abiertamente interés. Lejos de desear que su hija caiga en las redes del monarca y vea su reputación comprometida, la Duquesa de Rohan se la lleva lejos de la corte durante un tiempo. La madre deseaba fervientemente que la hija no tuviera más ojos que para su marido y se dedicase enteramente a sus hijos y a su casa.
Pese a todas las prevenciones maternas, la bella princesa de Soubise se dejó conquistar por el rey y el escándalo estalló públicamente en 1669, durante una estancia de la corte en Chambord y estando la interesada presente; se hizo público el rumor de que aquélla había compartido cama con el fogoso soberano, después de resistir a repetidos asaltos infructuosos.
Sin embargo, un nuevo astro subía en el firmamento cortesano, eclipsando a la princesa de Soubise: la bellísima e ingeniosa Marquesa de Montespan se convertía en la nueva favorita oficial del rey. Puestos a compararlas, la pelirroja princesa estaba en desventaja frente a la rubia beldad de la marquesa, no solo en el plano físico sino también en el carácter y forma de ser.
Anne se conformaría con llevar una apacible existencia, alternando sus compromisos en la corte con la vida conyugal y sus repetidos embarazos que iban sucediéndose de forma muy seguida.
Luis XIV volvió a reencontrarse con la princesa de Soubise en 1673. Muy a pesar de sus seis partos, ésta había conservado milagrosamente la figura y su lozanía gracias a un régimen autoimpuesto, según cuentan los rumores, que consistía en una alimentación sana y equilibrada de frutas, legumbres, verduras y carnes hervidas, amén del ejercicio físico y de mucho aire puro.
La princesa de Soubise solía entonces usar de un código visual y secreto para comunicarse con Luis XIV, para advertirle cuándo estaba su marido fuera de casa y se levantaba la veda: llevando un par de pendientes de esmeraldas en las orejas.
Pero a la larga, el Príncipe de Soubise se enteró del "comercio" existente entre su esposa y el soberano, y hasta vió con buenos ojos el particular interés de Luis XIV por su mujer, calculando los beneficios que podrían derivar de aquel adulterio casi clandestino. Complaciente y honrado por aquella real cornamenta, hizo todo lo posible para allanar el camino del rey hasta la alcoba de su mujer, acariciando incluso la idea de que ésta se quedara preñada y diera a luz a un bastardo real. El Príncipe ya fabulaba con las consecuencias de aquella preñez: favores, fortuna y elevación por encima de los demás cortesanos si Luis XIV se decidiese a convertirla en su favorita oficial.
En enero de 1674, Anne-Julie de Rohan-Chabot fue nombrada dama de palacio de la Reina Maria-Teresa, cargo nada desdeñable, y daba a luz el 26 de junio del mismo año a un hijo varón que fue inmediatamente reconocido por el Príncipe de Soubise como siendo suyo, aunque se supo que percibió, poco después, una gran cantidad de dinero; quizá para comprar su silencio y tapar una más que dudosa paternidad?
Mucho más tarde, su hijo Armand-Gaston de Rohan-Soubise, que llegó a ser cardenal, príncipe-obispo de Estrasburgo, miembro de la Academia Francesa y Gran Limosnero de Francia, resultó tener un sospechoso parecido físico con Luis XIV. ¿Coincidencia?
Según testigos y contadores de dimes y diretes cortesanos, el príncipe de Soubise supo sacar muy buena tajada de su cornamenta, chantajeando sibilinamente al rey para que éste comprara su silencio y evitar asi que la marquesa de Montespan se enterase del desliz y provocase un escándalo.
Los amoríos secretos entre Luis XIV y la princesa de Soubise se reanudaron en el curso de 1675, cuando el rey se vió momentáneamente forzado a separarse de la marquesa de Montespan tras recibir serias amenazas de excomunión por parte de la Iglesia. Sin embargo, el comportamiento interesado de la princesa, que en el fondo demostró ser una mujer calculadora y nada sentimental en sus devaneos amorosos, empezó a aburrir al rey. A esto se unió el regreso triunfal de la marquesa de Montespan al lado del rey en 1676, con lo que la princesa fue definitivamente arrinconada y descartada. Pese al contratiempo sufrido, Anne-Julie de Rohan-Chabot permaneció en la corte por su cargo y siguió representando un peligro potencial para la favorita real hasta el día en que sufrió la pérdida parcial de su dentadura a raíz de un alumbramiento. Por entonces, Luis XIV dejó de mirarla y pasó página.
Anne-Julie de Rohan-Chabot, Princesa de Soubise, fallecería en 1709 a la edad de 61 años. Según se deduce, no habría resistido al "gran invierno" que hizo estragos en Francia y en toda Europa durante aquel año.
Nunca se pudo probar que el cardenal-príncipe Armand-Gaston Maximilien de Rohan-Soubise fuera el hijo natural de Luis XIV. Quizás fuera ciertamente el hijo del Príncipe François de Rohan-Soubise, tal y como figura en su acta de nacimiento y de bautizo... Los rumores de entonces corrían como reguero de pólvora y se tenían por verdades susurradas.
El Hôtel de Soubise, palacio parisino de los Príncipes de Soubise, según un grabado de inicios del s.XVIII. / Abajo, una fotografía actual del palacio desde el patio de honor.
(*)_Nota: Henri II, 1er duque de Rohan (1579-1638) era hijo de René II, 20º Vizconde de Rohan y de Porhoët, Príncipe de Léon, y de Catherine de Parthenay-L'Archevêque, baronesa Vda. de Pont-L'Abbé, rica heredera protestante del Poitou; por su padre, era nieto de Isabel d'Albret, Princesa Real de Navarra, hija del rey Juan II d'Albret y de Catalina de Foix, reyes de Navarra, y de René I de Rohan, 18º Vizconde de Rohan, Príncipe de Léon (1512-1552), que tuvieron cinco retoños:
-Françoise de Rohan, desposada con Jaime de Saboya, duque de Nemours.
-Louis de Rohan, Señor de Gié.
-Henri I de Rohan, 19º Vizconde de Rohan.
-Jean de Rohan.
-René II de Rohan, 20º Vizconde de Rohan (sucesor de su hermano).
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