BASSOMPIERRE_IIº Barón de / 2ème. Baron de_François de Bassompierre d'Haroué, Ier. Marqués d'Haroué, IIº Barón y Señor de Bassompierre o de Bettstein (Castillo de Haroué, Lorena, Francia, 12-04-1579 / Provins, Brie, 12-10-1646). Fue un cortesano, general y Mariscal de Francia, Caballero de la Real Orden del Espíritu Santo, que también ejerció puntualmente de embajador extraordinario del rey de Francia en Madrid, Suiza y Londres, de Coronel-General de los Cien-Suizos y Grisones y de Capitán de La Bastilla de París, en la que pasaría encarcelado toda una década por haber casado secretamente con la Princesa Viuda de Conti, hija del Duque Enrique I de Guisa, sin el permiso del rey y del Cardenal de Richelieu.
El Mariscal de Bassompierre, hombre con buen juicio e ingenio, hábil y prudente cortesano, galante y fastuoso, embajador de gran presencia, valiente soldado y de buen consejo, es un personaje de su tiempo. "Bon vivant", gran vividor, goza de una magnífica salud; le permitirá recibir sin demasiado perjuicio terribles heridas y llevar una existencia llena de galanteos y opíparos festines, que la edad no habría calmado de no haber sido encarcelado por el Cardenal de Richelieu. En esa época de vida apasionada, a su vez grosera y refinada, a menudo frenética, Bassompierre parece sobretodo haber sido dotado de un sólido juicio que, en varias ocasiones, le fue muy útil. Poseía un ingenio vivaz que le permitía tener siempre una respuesta para todo, una prudencia a veces excesiva, aunque gracias a ella supo maniobrar con habilidad entre los escollos de la política cortesana, guardándose mucho de pertenecer a un partido que no fuera otro que el del rey. Gozando del favor de Enrique IV y de Luis XIII, llevó felizmente su carrera obteniendo grandes empleos en los ejércitos y al extranjero como representante de Francia. Finalmente, su prestancia, su rostro saludable y su desenvoltura le procuraron numerosos éxitos entre el sexo femenino. Fue el hombre de moda, galante, gran jugador, magnífico y generoso.
François de Bassompierre, Marqués de Haroué, nació el 12 de abril de 1579 en el castillo de Haroué (Lorena) y falleció en un hostal de Provins el 12 de octubre de 1646. Era hijo de un linajudo gentilhombre de Lorena, el Barón Christophe de Bassompierre (1535-1596) y de Louise Le Picart, Dama de Radeval (1542-1615), cuyo abuelo había afrancesado su nombre germano de Von Bettstein en De Bassompierre; sus padres cuidaron su educación y formación académica para destinarle a la carrera militar y mundana, y no repararon en gastos para que ampliara su cultura viajando por toda Italia. Fue compañero de armas del rey Enrique IV y sirvió a su hijo Luis XIII. Si inicialmente fue un oficial de los ejércitos franceses, consiguiendo el grado de mariscal de Francia en 1622 después de ser coronel general de los Suizos (1614), también se vio encomendar misiones diplomáticas extraordinarias que le llevaron a ser embajador de Luis XIII en Madrid (1621) y en Londres (1626).
Su vida amorosa es una de las más prolíficas de la corte gala, ya que no era fiel a sus conquistas femeninas. Entre ellas, se han de resaltar dos damas de gran importancia: Marie-Charlotte de Balzac d'Entragues, hermana de la Marquesa de Verneuil (favorita oficial de Enrique IV), y Louise-Marguerite de Lorena-Guisa, Princesa de Contí.
Cayó enamorado de la joven hermana de la Marquesa de Verneuil, allá por el año de 1604. Marie-Charlotte de Balzac d'Entragues era hija de la antigua favorita del rey Carlos IX, Marie Touchet, y era de sobras conocida en la corte por su conducta ligera con el sexo masculino. Bassompierre, entonces con 25 años de edad, iba de mujer en mujer como un zángano va de flor en flor, pero siempre volvía a reanudar su aventura con Marie-Charlotte quien, en la misma época, cedió a los avances del rey.
Enrique IV sentía celos del éxito de Bassompierre entre las damas de la corte y, poco dado a compartir sus objetivos, ordenó arbitrariamente que se anulase en 1609 el compromiso de éste con Charlotte-Marguerite, hija del Duque de Montmorency, con el pretexto que él también se había enamorado de la joven novia. De hecho, llevó aún más lejos el asunto cuando insistió para que la joven Montmorency casase con su primo el Duque Enrique II de Borbón, Príncipe de Condé, de sobras conocido por sus preferencias por los hombres guapos, y así asegurarse que ella tan solo sería para él.
En cuanto al éxito de Bassompierre con la hermana de la Verneuil, Enrique IV acabaría por lamentarse ante el Duque Carlos de Guisa: -"Ya lo veis, Entragues nos menosprecia para idolatrar a Bassompierre!". Y el Duque de Guisa se ofreció al monarca para desafiar en un duelo a Bassompierre... Tuvo lugar el encuentro en los jardines del Palacio del Louvre y el duelo resultó sangriento: Bassompierre fue gravemente herido por Guisa y, al arrancarse de su herida la espada del duque, sus vísceras salieron y cayeron sobre su regazo; se produjo entonces, y casi de inmediato, una terrible hemorragia. Los cirujanos acudieron a toda prisa para intentar contenerla y reponer sus vísceras en su sitio. Le tuvieron que vendar fuertemente aquella herida después de coserla en vivo. Gracias a su robusta salud, consiguió sobrevivir milagrosamente a aquella mortal estocada.
Fue en el curso de su difícil convalescencia cuando se produjo su primer encuentro con la princesa Louise-Marguerite de Lorena-Guisa, hermana del Duque de Guisa, y con la cual anudó una sólida amistad. Sin embargo, la princesa estaba destinada por su familia a desposarse con un miembro cercano de la familia real, de treinta años mayor que él: Francisco de Borbón-Condé, 1er Príncipe de Contí (1556-1614), viudo de un primer matrimonio con Jeanne de Coësme, sin hijos y con la reputación de estar completamente idiotizado desde aquel día en que los ultracatólicos asesinaron bestialmente ante sus ojos a su preceptor protestante, siendo él un chiquillo. Al parecer, el príncipe nunca pudo superar aquel trauma infantil.
Casada con el Príncipe de Contí el 24 de julio de 1605, Louise-Marguerite tan solo pudo darle una hija en 1610, que tan solo tuvo tres semanas de vida. En el mismo momento del alumbramiento, Bassompierre asistía al bautizo del hijo de Marie-Charlotte de Balzac d'Entragues (17 de agosto de 1610), en la iglesia de Saint-Paul. Se da la curiosa anécdota de que él era el padre de aquel niño bastardo llamado Louis (1610-1676). Éste, con el tiempo, entraría en las órdenes y se convertiría en el muy piadoso obispo de Saintes.
A partir del bautizo, la relación entre Bassompierre y su amante se degradaron rápidamente. Tuvo la imprudencia de firmar una promesa de matrimonio con Marie-Charlotte en los meses precedentes, pero se desdijo después de bautizar al hijo. Furiosa, Marie-Charlotte llevó el asunto ante los tribunales para exigir que mantuviera su palabra y casara con ella. Sin embargo, desde el asesinato del rey Enrique IV, la familia de Entragues había dejado de ser poderosa e influyente en la corte. La Reina-Regente María de Médicis, que execraba a la Marquesa de Verneuil desde el principio, y a la familia de ésta, aprovechó para vengarse de las afrentas pasadas sosteniendo públicamente a Bassompierre para que el asunto fuera desestimado y archivado por el Parlamento. Para colmo, la Princesa de Contí era una amiga fiel a la Reina y, tras la muerte de su marido acaecida en 1614, se convirtió en la amante secreta de Bassompierre. Con mucho secretismo, los amantes contrajeron matrimonio después de que la Santa Sede anulara públicamente el compromiso entre Bassompierre y la Señorita de Entragues (1621). Es más: tanto Roma como la Reina-Regente le prohibieron formalmente a Marie-Charlotte que tomase el nombre de "Madame de Bassompierre". Aún y así, Marie-Charlotte no toleró hacerse llamar de otro modo y, con aire desafiante, siguió en su empeño contra viento y marea. Compró un palacete en la Plaza Real (Place Royale), actual Plaza de los Vosgos en París, llevando en él una vida a su gusto, sin restricciones, y educando a su hijo Louis de Bassompierre con una pensión anual que le otorgaba el padre para ese fin.
Como muchas de esas damas "pecadoras", Marie-Charlotte de Balzac d'Entragues acabó llevando una vida de ermitaña, haciendo numerosas donaciones para aliviar a los necesitados y enfermos, muriendo tranquilamente en París en 1664.
Entre 1621 y 1631, la Princesa de Contí, auténtica aunque secretísima "Madame de Bassompierre", dio a luz a un hijo de Bassompierre conocido bajo el nombre de François de La Tour de Bassompierre, y cuyo cuidado fue asumido por el padre.
En 1631, Bassompierre se había enemistado con el Cardenal de Richelieu, cordialmente detestado por la Princesa de Contí, y se vió condenado a pasar una temporada a la sombra, en una celda de La Bastilla*. La Princesa de Contí, encontrada culpable por haberse comprometido en un complot contra la Corona, fue exiliada lejos de la corte y enviada al castillo normando de Eu, propiedad del Duque de Guisa. Nunca perdonada, moriría en Eu el 30 de abril de 1631. En cuanto a su marido Bassompierre, Richelieu lo mantuvo encarcelado hasta enero de 1643, año de la muerte del rey Luis XIII y de la proclamación de su hijo Luis XIV.
Puesto que era tradición liberar a todos los presos en el momento de la ascensión al trono de un nuevo monarca, Bassompierre recuperó su libertad y recibió el perdón real asi como el permiso para volver a pisar la corte. Cuando regresó a París, François de Bassompierre tuvo serias dificultades para adaptarse a la nueva corte, pero su vieja amistad con la Reina-Regente Ana de Austria, madre del joven Luis XIV, hizo de él un privilegiado receptor de sus favores; ésta le devolvió su cargo de coronel general de los Suizos y le donó 400.000 libras. Envejecido, aquejado de sordera, Bassompierre tenía tendencia a parlotear sin mucha coherencia. Sin embargo, la gran educación y las refinadas maneras del sexagenario mariscal dieron lugar a que la Duquesa de Montpensier, prima-hermana del rey, sintiera por él un gran respeto y admiración por su natural elegancia. La sabia e irreprochable Madame de Motteville llegaría incluso a declarar que "los restos del Mariscal de Bassompierre valían mucho más que la falsa brillantez de los nuevos cortesanos."
Amante del buen yantar y aficionado a los pantagruélicos banquetes, la muerte le sobrevino mientras dormía en un hostal de Provins, fulminado por un ataque de apoplejía. Tenía tan solo 67 años.
A su muerte, parece ser (según algunos) que el hijo que había tenido con la Princesa de Contí le había precedido en la tumba, al quedar tan solo su primer hijo el Abad Louis de Bassompierre, futuro obispo de Saintes, como heredero suyo a efectos legales. El chico fue, desde su infancia, serio y cortés. Entró tempranamente en el seno de la Iglesia para convertirse en abad de Saint-Volusien de Foix (diócesis de Pamiers) y de Saint-Georges de Boscherville (diócesis de Rouen), y posteriormente en obispo de Saintes y Limosnero de "Monsieur", hermano de Luis XIV. Se distinguió por sus virtudes y su conciencia religiosa, por lo que las puertas de la corte y de los salones parisinos se le abrieron de par en par. Ingenioso conversador, se convirtió rápidamente en uno de los mejores amigos de la Marquesa de Sévigné. Tuvo un papel preponderante como mediador durante la Fronda y la querella de los Jansenistas, contribuyendo a pacificar los ánimos en el seno de la Iglesia Francesa... Cuando falleció el 1 de julio de 1676, su muerte fue unánimamente llorada.
El cronista por excelencia de aquella época, Tallemant des Réaux, escribió en su diario sobre el segundo hijo del Mariscal de Bassompierre habido con la Princesa de Contí: "Tuvo un hijo de la Princesa de Contí, que han llamado La Tour-Bassompierre; se cree que le habría reconocido si hubiese tenido la ocasión de hacerlo. Ese La Tour era valiente y apuesto. En un combate donde servía de segundo, teniendo que enfrentarse a un hombre que, desde hacía algunos años, le faltaba el antebrazo derecho pero que se había acostumbrado a servirse del brazo izquierdo, se dejó atar el brazo derecho para igualar al rival y, pese a todo, consiguió vencerle. Se alojaba en casa del Mariscal (de Bassompierre); desde entonces ha muerto de enfermedad."
Un autor, Antoine Adam, cita el diario del Mariscal de Bassompierre quien, muy discretamente, escribió a su vez a propósito de su hijo François de La Tour-Bassompierre: "La Tour, hijo de una princesa y de una persona ilustre, se ha marchado para ir con Gassion el treinta (30 de junio de 1640)..." Pese a la discreción del militar, sus dos paternidades ilegítimas fueron notorias y públicas. El magistrado Conde Olivier Le Fèvre d'Ormesson anotaría en su diario: "El martes 23 de octubre (de 1646), me enteré que el Sr. Teniente civil al levantar los sellados en casa de Monsieur de Bassompierre, Monsieur de La Tour se opuso en tanto que hijo natural y legítimo de éste y de Madame la Princesa de Contí, asi como el abad de Bassompierre, hijo natural y legítimo del mismo y de Madame de Bassompierre (se refiere a Marie-Charlotte de Balzac d'Entragues) . De hecho, ésta había tomado el luto con las mismas ceremonias que las viudas de los mariscales de Francia."
Según las Memorias de Goulas (página 367, tomo II), el joven La Tour-Bassompierre no murió de enfermedad sino que cayó en acto de servicio en la costa de Nápoles, cerca de Salerno en 1648.
EL MARISCAL DE BASSOMPIERRE ANECDÓTICO
El famoso memorialista Duque de Saint-Simon, asegura en sus páginas que el Mariscal de Bassompierre obtuvo el favor real gracias al amor que compartía con el rey por la caza. Por aquel entonces, Bassompierre era el único gentilhombre autorizado a soplar en el cuerno del rey, ya que era el único capaz de soplar sin babear en él. Reseña también, entre otras anécdotas, su destreza para beber de su bota llenada de vino hasta arriba.
En cualquier caso, las "Historietas" de Tallemant des Réaux son mucho más jugosas que las de Saint-Simon: "La Reina-Madre, de la cual estaba secretamente enamorado, dijo: me gusta tanto París y tanto Saint-Germain, que quisiera tener un pie en uno y un pie en el otro. Y Bassompierre, que no pudo dejar pasar la ocasión, dio la estocada final: Y yo quisiera estar en Nanterre!"
Tan solo recordar que la villa de Nanterre se encontraba a medio camino entre París y Saint-Germain.
En otra anécdota, la Reina-Madre hizo una reflexión a Bassompierre cuando éste se había hecho con la capitanía de Manceaux: "Seguro que llevaréis allí a muchas putas!" y Bassompierre respondió: "Apuesto, Madame, que vos traeréis muchas más que yo!".
Un día en que Bassompierre se encontraba hablando con la Reina-Madre, concluyó que habían pocas mujeres que no fueran putas..."¿Y yo?" -preguntó la Reina-. "Ah! en cuanto a vos, Madame, vos sois la Reina!" -respondió Bassompierre.
Al poco de ser liberado y encontrándose el Mariscal de Bassompierre en los jardines del Palacio de Luxemburgo, una gran dama de la corte le saludó y felicitó por su libertad recobrada, añadiendo sorprendida: "Pero he os aqui muy blanquecino, Monsieur el Mariscal!" refiriéndose a sus cabellos llenos de canas. Y el mariscal, siempre rápido en su respuesta, le espetó: "Madame, yo soy como los puerros, la cabeza blanca y la cola verde!".
También supo dar buenos "cortes" a los altivos cortesanos, como el que dio al Duque de La Rochefoucauld en 1631, al ser arrestado. En otra ocasión, y esta vez al encontrarse con el altivo Duque de Vendôme, que le soltó con malevola intención: "Vos seréis, sin duda, del partido de Monsieur de Guise, pues amáis a su hermana Madame de Conti..." Y el mariscal, mordaz como de costumbre, le respondió enseguida: "Eso no tiene nada que ver; he amado a todas vuestras tías y no os amo más por ello."
Nota:
(*)_Se sabe que el Mariscal de Bassompierre fue encerrado en La Bastilla a partir de 1631, acusado (sin pruebas inapelables) de haber participado en una conspiración contra el Cardenal de Richelieu, primer ministro de Luis XIII. En realidad, las evasivas de Bassompierre al ser interrogado, le hicieron culpable de "conspiración" a ojos de Richelieu, cuando lo que pretendía era cubrir las espaldas a su esposa la Princesa de Contí, gravemente implicada en el complot. Algunos quieren ver en esa condena una "represalia" contra el mariscal al haber desposado secretamente a una princesa de la Familia Real sin consentimiento del rey... Fuesen los motivos que fuesen, Bassompierre pasó doce años en una celda de la fortaleza parisina y los aprovechó para escribir sus "Memorias", sin faltarle las comodidades que correspondían a su alto rango. Muy versado en literatura y poesía, en religión, en el arte de la guerra, véase también en astronomía y astrología, mató el tiempo cultivando su mente hasta que la muerte de Richelieu rompiera sus cadenas.
Según las anécdotas de la época, cuando arrestaron al Mariscal de Bassompierre, el Duque de La Rochefoucauld (el famoso autor) quiso reírse de él diciéndole: "He os aqui gordo, grueso, gris." Y Bassompierre le respondió: "Y vos, he os aqui teñido, pintado, maquillado." Y lo cierto es que La Rochefoucauld se había teñido la barba para esconder sus canas y coloreado la cara para borrar sus arrugas. Ofendido, La Rochefoucauld dio media vuelta y se alejó sin mediar palabra.
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