jueves, 7 de marzo de 2013

LA IIIª PRINCESA ZU SCHWARZENBERG



SCHWARZENBERG_IIIª Princesa en / III. Reichsfürstin zu_Princesa Eleonora Elisabeth Amalia Magdalena von Lobkowicz, IIIª Princesa del S.S.I.R.G. en Schwarzenberg, Duquesa von Krumau o Krumlov, Princesa del Sacro Santo Imperio Romano Germánico (Schloss Lobkowicz, Melník, Bohemia actual Chequia, 20-06-1682 / Schwarzenberg Palais, Viena, Austria, 05-05-1741). Cuarta hija del segundo matrimonio de su padre, el Príncipe Ferdinand August von Lobkowicz, Duque de Sagan (1655-1715), con la Margravina Maria-Anna Wilhelmina von Baden-Baden, tataranieta del rey Gustavo I Vasa. Tras ella vinieron al mundo dos príncipes más:

-Princesa Ludovika Anna Franziska von Lobkowicz (1683-1750), casada con el Príncipe Anselm Franz von Thurn und Taxis.

-Príncipe Georg Christian von Lobkowicz (1686-1753), que desposaría a la Condesa Caroline von Waldstein => 10 hijos / Rama Lobkowicz-Melník

Del primer matrimonio de su padre con la Condesa Claudia Franziska von Nassau-Hadamar (celebrado el 17 de julio de 1677), tan solo obtuvo un heredero varón que llegó a la edad adulta, el Príncipe Philipp-Hyacint von Lobkowicz (1680-1737). La Princesa Claudia Franziska moriría de sobreparto en 1680, tras alumbrar a su tercer y único vástago sobreviviente*.

El segundo matrimonio del Duque de Sagan fue más fructífero que el primero, ya que la Margravina Maria-Anna Wilhelmina de Baden-Baden le dio 8 hijos, de los que tan solo 4 llegaron a la edad adulta. La Duquesa de Sagan fallecería a su vez el 22 de agosto de 1701...

Un tercer matrimonio del Duque de Sagan celebrado en 1703, con la Condesa Marie-Philippine von Althann (1671-1706), no tan solo resultó ser estéril sino que, además, fue breve. La flamante duquesa murió antes de cumplir el tercer aniversario de casados.

En 1707, el duque contrae nuevas nupcias con la Princesa Maria-Johanna von Schwarzenberg (1681-1739), de 26 años más joven que él. El 4º matrimonio tan solo producirá dos hijas que morirían a la edad de 2 y 4 años.

El 3 de octubre de 1715, a la edad de tan solo 60 años, el Duque de Sagan muere en su finca de Raudnitz (Chequia), dejando a su cuarta mujer viuda con tan solo 34 años.

Princesa en Schwarzenberg y Duquesa de Krumlov




Catorce años antes de su muerte, el Duque de Sagan casa a su hija Eleonora Amalia con el mejor partido de la corte austríaca, el Príncipe Adam Franz Karl Eusebius zu Schwarzenberg (1680-1732), perteneciente a la alta nobleza del reino de Bohemia y futuro Gran Mariscal de la Corte del Emperador del Sacro Santo Imperio Romano Germánico**. El 6 de diciembre de 1701, se celebra la unión religiosa: él tiene 21 años y ella 19.

La flamante Princesa de Schwarzenberg baja del altar con fama de ser una joven que ha recibido una inmejorable educación y poseedora de una amplia cultura, amén de una cuantiosa dote.



La culta y rica princesa tardaría casi cinco años en dar a su marido descendencia: en 1706, nace finalmente una hija, la Princesa Maria-Anna zu Schwarzenberg (1706-1755)***. El primer alumbramiento es decepcionante, al engendrar ésta a una niña en vez del tan ansiado heredero varón. De hecho, los años siguientes a ese nacimiento, Eleonora Amalia y Adam Franz intentarán, infructuosamente, engendrar al niño deseado que asegure la continuidad de su linaje. Para ello, recurrirán a todos los medios imaginables para que se quede nuevamente en estado de buena esperanza: estancias en balnearios para tomar baños termales, peregrinaciones a lugares santos, regímenes alimenticios, pócimas y bebedizos ¡resultaron inútiles a lo largo de 15 años!

Llegados a este punto, y según se rumoreaba entonces, Eleonora Amalia no dudó en recurrir a la magia y a la alquimia para conseguir su objetivo. Entre tantos "remedios" médicos y mágicos, solía tomar diariamente leche de loba (reputada eficaz para quedarse preñada) y llegó a pagar a precio de oro un bebedizo extremadamente raro de conseguir, y del que se loaba, también, la supuesta eficacia para combatir su pertinaz esterilidad: semen de cachalote!!!

El milagro ocurrió finalmente cuando, en abril de 1722, Eleonora Amalia constata que está preñada y recibe la confirmación del primer médico del Emperador. La noticia no deja de asombrar a familiares, médicos y cortesanos, ya que la princesa tiene entonces nada menos que 40 años! La sorpresa no puede ser más general y pronto, un sordo rumor empieza a recorrer no solo Viena sino toda Chequia: algunos achacan esa tardía maternidad de la princesa por ser una bruja que, gracias a sus prácticas nigromantes, ha conseguido quedarse en estado. El rumor, que irá creciendo y extendiéndose por doquier, provocará no pocos escalofríos entre la gente cuando, finalmente, da a luz a un hijo varón el 15 de diciembre de 1722, el heredero tantas veces buscado y perseguido!

En una época en que aún reinaba a sus anchas la superstición en todas las clases sociales y, sobretodo, en Bohemia, el tardío e inesperado embarazo de la Princesa de Schwarzenberg fue acogido con una mezcla de asombro y horror, después de una persistente esterilidad a lo largo de quince años.

La princesa parirá en su palacio de Viena al milagroso hijo y le impondrán, sobre la pila bautismal, los nombres de Josef Adam Johann Nepomuk Franz de Paula Joachim Judas Thaddäu Abraham.

Cinco años después, para celebrar su victoria, la Princesa ordenará al pintor Maximilian Hannel que la pinte junto a su heredero, ataviados con trajes de caza, en un mismo lienzo que, desde 1727, aún se encuentra colgando en una de las paredes de los salones del castillo de Ceský-Krumlov.

El Castillo de Ceský-Krumlov



En 1719, el Príncipe Adam Franz von Schwarzenberg hereda de sus parientes, los Príncipes von Eggenberg, el imponente castillo y las vastas tierras de Ceský-Krumlov, en Chequia. En ese vetusto a la par que vasto palacio (el más grande de Chequia), el príncipe gastará una fortuna en remodelarlo y adecuarlo al gusto de entonces, contratando a los mejores artistas del momento: pintores, decoradores, escultores y arquitectos serán enviados a su nueva posesión para transformarla en una de las más bellas residencias de Bohemia.

El castillo de Ceský-Krumlov es, entonces, un imponente edificio que domina la villa a orillas del sinuoso río Moldava desde los tiempos en que la célebre y poderosa familia Rozmberk o Rosenberg (siglo XIII) era dueña del lugar e hizo de ella su capital. Al extinguirse el linaje Rosenberg (s.XVII), el último de ellos vendió sus bienes al Emperador Rodolfo II (1601) y algún que otro archiduque habitó entre sus muros hasta que los Habsburgo se deshicieron de Ceský-Krumlov dos décadas después, concediéndolo a los Príncipes de Eggenberg en 1622, junto con la dignidad ducal de Krumlov o Krumau, y cuyo último representante y tercer duque (muerto en 1710), casado con una princesa de la Casa de Schwarzenberg, dejó en herencia a su viuda.

La Duquesa Vda. de Krumlov y Princesa von Eggenberg, nacida Maria-Ernestina von Schwarzenberg (1649-1719), esposa del Príncipe Johann Christian von Eggenberg, 3er Duque de Krumlov (1641-1710), habiéndose quedado sola y sin hijos, testó en favor de su sobrino Adam Franz von Schwarzenberg para que, a su muerte, éste heredara de todos sus bienes, incluyendo el vasto castillo de Ceský-Krumlov.

Gran Mariscal de palacio desde 1711, el Príncipe de Schwarzenberg había sido honrado por el Emperador con la Orden del Toisón de Oro en 1712. Al convertirse en el nuevo señor de Ceský-Krumlov, obtuvo de Carlos VI la rehabilitación del ducado de Krumlov a su favor el 28 de septiembre de 1723, tras ser erigida su tierra checa en principado (1722), fecha en que abandonaba su viejo cargo para convertirse en el nuevo Caballerizo Mayor de la corte imperial.

Diez años después de su nuevo nombramiento, el príncipe muere en trágicas circunstancias...

La Princesa Viuda de Schwarzenberg



El 11 de junio de 1732, el Príncipe Adam Franz zu Schwarzenberg forma parte del séquito del Emperador Carlos VI de Austria, cuando éste acude a la finca de Brandeis-an-der-Elbe, coto de caza imperial. El césar, rodeado de sus acompañantes, se dispone entonces a correr el ciervo. En el momento en que Carlos VI consigue tener al alcance de su fusil a uno, se cruza inesperadamente en la línea de tiro su Caballerizo Mayor y cae muerto de un balazo.

La trágica circunstancia en la que muere Adam Franz zu Schwarzenberg, empujan al kaiser, devorado por el remordimiento y la culpabilidad, a conceder a la viuda una pensión anual de 5.000 florines a título de indemnización, y a acoger bajo su protección al único hijo de ambos, Josef I Adam, al que condecora excepcionalmente caballero de la Orden del Toisón de Oro con tan solo 10 años de edad!

Sola y al frente de una colosal fortuna, Eleonora Amalia asumirá la dirección de los negocios y la administración de los inmensos bienes heredados por su hijo, convertido en el 4º Príncipe zu Schwarzenberg y 5º Duque de Krumlov. El patrimonio de los Schwarzenberg, por entonces, no tan solo se componía de extensas fincas y grandes parcelas de tierras cultivables con castillos, granjas, villas y pueblos; explotaban sus fábricas de cerveza, de vidrio, minas de cobre, plata y hierro, a los que se añadía la acuicultura, la silvicultura y los aserraderos, aportándoles pingües beneficios. Por lo visto, la Princesa Viuda fue una mujer de negocios muy hábil que supo dirigir con acierto todas las empresas familiares.

La Princesa Vampira, terror de Bohemia

Pero, en los años siguientes, un extraño mal empezará a aquejar a la Princesa Viuda: su salud sufre un paulatino decaímiento. Quejándose de pesadez en el estómago, de dolores intolerables en piernas y brazos, de dificultades respiratorias, su físico se va demacrando irremediablemente. Sus médicos, que no conseguían dar con un diagnóstico serio de su mal, le iban recetando todo tipo de remedios medicinales tan ineficaces como estrambóticos... Hubo quien le recomendó fumar tabaco en pipa para aliviar sus dolores, cosa que hizo enseguida; pero el consumo de tabaco no hizo sino empeorar su estado.

A medida que su falta de apetito crecía, que su languidez aumentaba, los médicos pronto dejaron paso a charlatanes y magos con remedios poco ortodoxos que, entre brebajes supuestamente curativos, rituales mágicos y sesiones de espiritismo, se apoderaron de la Princesa Viuda. Ésta, ya de por sí hipocondríaca, obedecía ciegamente todos los consejos que recibía al mismo tiempo que caía en el convencimiento de que había sido víctima de un vampiro, dados los síntomas que padecía: insomnio, adelgazamiento, palidez cadavérica, inapetencia por la comida, entumecimiento de los miembros, ataques de ansiedad, sensación de ahogo contínuo,...

Entre el hecho de que en el castillo se mantenían a varias lobas enjauladas que se pasaban las noches aullando, que se celebraban extrañas sesiones y que la apariencia demacrada de la princesa provocaba pavor a la domesticidad, pronto se afirmó en las calles que ésta había sido vampirizada y que su muerte era próxima. El miedo, espoleado por las viejas supersticiones centroeuropeas, se apoderó rápidamente de los habitantes de Ceský-Krumlov, llevándoles a los peores excesos y a siniestras pesquisas en los cementerios para dar con el supuesto vampiro responsable de la enfermedad de la Princesa de Schwarzenberg. Se desenterraron cadáveres para empalarlos, decapitarlos e incinerarlos en medio de rituales de exorcizamiento con tal ahínco que las autoridades bohemias se vieron en la obligación de alertar a la corte de Viena.



Enviado a Ceský-Krumlov, el Doctor Franz von Gerstorff, primer médico de Su Augusta Majestad Imperial Carlos VI (1), visita a la ilustre enferma. La descubre en tal estado que, sin perder más tiempo, ordena su traslado a Viena donde podrá hacerle un seguimiento y otorgarle un trato más médico. Instalada en su palacio vienés, la Princesa Viuda no mejorará pese a las atenciones del médico imperial y fallecerá el 5 de mayo de 1741. El mismo día, el primer médico del Emperador ordenará una autopsia a cargo de otros colegas que, según recientes investigaciones, resultó ser anómala en muchos sentidos: no era habitual en esa época y pareció más un ritual que una autopsia convencional para diagnosticar el auténtico mal (2) que mató a Eleonora Amalia de Schwarzenberg. Aunque el Doctor von Gerstorff y sus asistentes descubrieron un enorme quiste cancerígeno alojado entre las vísceras y adherido a la columna vertebral del cadáver (auténtico orígen de la enfermedad que mató a la paciente), vaciaron el cuerpo inerte de todos sus órganos y, de forma expeditiva, lo enviaron a Ceský-Krumlov, argumentando que así se respetaba la voluntad de la distinguida finada.

¿A qué se debió esa autopsia tan inusual como inmediata?¿Por qué mandaron el traslado urgente del cadáver de la princesa de Viena a Ceský-Krumlov? Y, ¿por qué el féretro viajó de noche hasta la ciudad meridional de Bohemia? Se cree que, tanto el primer médico del kaiser como sus colegas, temieron que el misterioso mal que había aniquilado a la Princesa de Schwarzenberg, se propagara por toda la capital. Y la medida de mandar el féretro con el cuerpo de la muerta a Krumau para que allí fuera sepultada, cuando el panteón de la familia se encontraba en Viena, resulta aún más inquietante. ¿Acaso debemos recordar la creencia de los muertos que mastican? ¿Esos mismos que, tras masticar su mortaja, acaban por atacar los cadáveres de al lado?

A todas luces, y pese al razonamiento científico que empezaba a imponerse entre los galenos, el miedo les dominó de tal manera que actuaron con más visceralidad que razocinio. A eso se suma una inexplicable factura presentada a la familia Schwarzenberg por los médicos que asistieron a la autopsia del cadáver: 3.000 florines (unos 90.000 € , una suma demencial!). Y, para coronar el pastel, el féretro fue nocturnamente sepultado en la capilla de San-Jorge, de Ceský-Krumlov, bajo una hermética bóveda de cemento y sellada por una lápida que tan solo indicaba el nombre de pila de la muerta "Eleonora" (oren por la pobre alma pecadora de Eleonora), la fecha del 5 de mayo de 1741, enmarcados por una corona principesca y una calavera sobre dos tibias entrecruzadas esculpidos en bajo relieve. Como si pretendieran asegurarse de que no pudiera jamás salir de ahí la difunta...

En el servicio fúnebre, ni siquiera se presentó el hijo de la difunta, como tampoco asistieron parientes o nobles vecinos. El terror fue tal que nadie se atrevió a presenciar la ceremonia a excepción del cura oficiante, los monaguillos, los soldados y los curiosos locales. Eso si, se ordenaron decir más de cien misas para asegurar el descanso del alma de Eleonora y, acto seguido, cayó su recuerdo en el más absoluto olvido.

Tras su muerte, los habitantes de Ceský-Krumlov sucumbieron al pánico, temerosos de que la muerta vampirizada no fuera más que la primera víctima de un escurridizo a la par que poderoso vampiro que empezaba a enseñorearse por la ciudad. Las exhumaciones de cadáveres de supuestos vampiros se multiplicaron por todos los cementerios de la región, para ser estacados, decapitados y quemados en piras por toda Bohemia. La psicosis popular llegó a tal extremo que aquellas prácticas tuvieron eco hasta en París y Londres. En Viena, la Emperatriz Maria-Teresa, asombrada por las noticias que le llegaban, ordenó a su médico personal, Gerhard Van Swieten, que viajara hasta Bohemia para investigar si el vampirismo era un hecho real e innegable. Basándose en su razonamiento científico e ilustrado, Van Swieten acabó por rebatir la existencia de tales seres calificándolos como fruto de la imaginación supersticiosa del pueblo checo. Al dar semejante carpetazo al asunto, la Emperatriz ordenó, mediante un edicto imperial, que cesaran las profanaciones de tumbas y todas aquellas macabras prácticas ligadas al vampirismo.

En 2007, se realizó un interesante documental sobre el caso de Eleonora Amalia de Schwarzenberg, bajo la dirección del austríaco Klaus Steindl y titulado La Princesa Vampira, en un intento de esclarecer la leyenda y la tesis del vampirismo que envuelve, desde 1741, la figura de la aristócrata checa, y exponer la posibilidad de que su historia inspiró a Bram Stoker para escribir su famosa novela.

En 1848, la familia Schwarzenberg abandonó su palacio de Ceský-Krumlov para trasladar su residencia en Hluboká, donde habían reconstruído un castillo neogótico más confortable y moderno.

NOTA:

El Doctor Gerhard Van Swieten (1700-1772), médico holandés natural de Leyden, era un investigador nato que se interesaba por la anatomía, la patología, la neurología y las enfermedades venéreas, e incluso investigó los informes de los monjes benedictinos sobre el vampirismo, de entre los cuales sobresalía el famoso Dom Augustin Calmet, llevándole inicialmente a sostener la realidad de los vampiros en la convención de Belgrado. Para ello, se basó en algunos casos de cadáveres incorruptos y de muertes sospechosas en los alrededores de los cementerios en Austria. Sin embargo, acabó por abandonar sus investigaciones sobre casos de vampirismo por dos motivos: por repugnancia y porque el tema le superaba. El escritor Bram Stoker se habría inspirado en él para crear el personaje del Profesor Van Helsing, para su Drácula.



(*)_Los príncipes Eleonora y Leopold Christian, que precedían al tercer retoño Philipp-Hyacint von Lobkowicz, murieron en la cuna en 1678 y 1680 respectivamente.

(**)_Entre 1711 y 1722.

(***)_Futura consorte del Margrave Ludwig Georg Simpert de Baden-Baden.

(1)_Carlos VI de Austria fallecería repentinamente el 20 de octubre de 1740. Al parecer, se dio tal atracón de setas que murió de indigestión.

(2)_Se trataría de un cáncer cervical (cérvix uterino) o carcinoma del cuello uterino, un cáncer invasivo muy común entre las mujeres que aparece alrededor de los 45 años de la sujeta y del que se diagnostica, actualmente, 400.000 casos al año. Se caracteriza generalmente por ser asintomático, aunque existen casos en los que se aprecia hemorragia anormal, aumento del flujo vaginal, dolor en el pubis y dispareunia (coitalgia).

 

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