PORTUGAL_Infante de_Don António Francisco Xavier José Bento Teodósio Leopoldo Henrique de Bragança y Baviera-Neuburg, Infante de Portugal, Caballero de la Orden de Cristo (Palacio da Ribeira, Lisboa, Portugal, 15-03-1695 / Quinta da Tapada, Lisboa, 20-10-1757). Fue el quinto hijo de los reyes de Portugal, Pedro II y de María-Sofía de Baviera-Neuburg, y hermano predilecto del rey Juan V, del Duque de Beja y del Infante don Manuel, Conde de Ourém y candidato al trono de Polonia.
Sus hermanos y hermanas fueron los siguientes:
-Don Juan de Bragança, Príncipe de Brasil (1688-1688) fallecido en la cuna.
-Don Juan V, Príncipe de Beira y de Brasil, Duque de Bragança (1689-1750) Rey de Portugal y de Los Algarves.
-Don Francisco Xavier de Bragança, Infante de Portugal (1691-1742) 7º Duque de Beja y Beira, 2º Señor de la Casa del Infantado, Gran Prior de Crato y de la Orden de Malta, Condestable de Portugal.
-Don Antonio Francisco Xavier de Bragança, Infante de Portugal (1695-1757).
-Doña Teresa María de Bragança, Infanta de Portugal (1696-1704).
-Don Manuel de Bragança, Infante de Portugal (1697-1766), Conde de Ourém.
-Doña Francisca Josefa de Bragança, Infanta de Portugal (1699-1736).
Descrito por sus contemporáneos como un príncipe afable y simpático pero harto apático y egoísta, el Infante don Antonio fue, de los tres hermanos, el que mejor se entendió con el primogénito Juan V. Sin embargo, siempre vivió retirado y alejado de la Corte para escapar a su protocolo, sus pomposas ceremonias religiosas y su ambiente de intrigas.
Por otro lado, y dícese que por vanidad, se erigió en el gran protector y salvador de una banda de ladrones que, en su momento, alarmó la capital lusa y conocida como la "Compañía do Olho Vivo". Parte de sus miembros, para salvarse de verse las caras con la Justicia, fueron acogidos por él para formar parte de su servidumbre.
Cuando falleció sin descendencia legítima su hermano don Francisco Xavier, el intrigante y cruel Duque de Beja, entonces titular del Señorío del Infantado (que otorgaba las mayores rentas del reino a su poseedor) en 1742, Don Antonio reclamó para si la sucesión de éste. Sin embargo, sus ruegos no fueron atendidos por el rey al ser finalmente otorgado el rico señorío y el ducado de Beja a su sobrino el Infante Don Pedro, hijo favorito de Juan V.
Enormemente disgustado al no ver sus expectativas colmadas, el Infante Don Antonio se convirtió en un hombre despechado que no dudó en protestar amargamente ante semejante decisión, sintiéndose gravemente lesionado en sus intereses. A raíz de ese desagradable incidente familiar, la relación entre el rey y su hermano se enfrió brutalmente, y no volvieron a cruzarse palabra más allá de lo exigido por el protocolo.
Retirado en su propiedad lisboeta de la Quinta de Tapada, nunca contrajo matrimonio ni dejó hijos ilegítimos. Sobrevivió a su hermano el rey Juan V y al catastrófico Terremoto de 1755 que destruyó Lisboa.
Murió a la edad de 62 años y fue enterrado en el Panteón Real del Monasterio de Sao Vicente da Fora, en Lisboa.
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